Mostrando entradas con la etiqueta GIDE ANDRÉ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta GIDE ANDRÉ. Mostrar todas las entradas

«EL ESCRITOR Y SUS FANTASMAS» (IV) - ERNESTO SABATO

Fragmentos de El escritor y sus fantasmas, de Ernesto Sabato, publicado por Seix Barral:

«NOVELISTAS Y REVOLUCIONES
El escritor de ficciones profundas es en el fondo un antisocial, un rebelde, y por eso a menudo es compañero de ruta de los movimientos revolucionarios. Pero cuando las revoluciones triunfan, no es extraño que vuelva a ser un rebelde.»

«Ya el propio Lenin le decía a Gorki, a propósito de Tolstoi, que «nunca se había descrito tan profundamente al mujik hasta que llegó este conde».

«… el artista es en general un ser disconforme y antagónico, y porque en buena medida es precisamente su desafecto a la realidad que le ha tocado vivir lo que lo lleva a crear otra realidad en su arte; que discrepa tanto de aquélla como el sueño de la vida diurna, y por motivos semejantes. El hombre no es un objeto pasivo, y por lo tanto no puede limitarse a reflejar el mundo: es un ser dialéctico y (como sus sueños lo prueban), lejos de reflejarlo, lo resiste y lo contradice. Y este atributo general del hombre se da con más histérica agudeza en el artista, individuo por lo general anárquico y antisocial, soñador e inadaptado».

LITERATURA PROBLEMÁTICA
Problema
Vida
Acento metafísico
Preocupación
Desnudez
Espíritu combatiente
LITERATURA GRATUITA
Juego
Palabras
Acento estético
Indiferencia
Pompa
Espíritu cortesano

«ACERCA DEL ESTILO
El estilo es el hombre, el individuo, el único: su manera de ver y sentir el universo, su manera de «pensar» la realidad, o sea esa manera de mezclar sus pensamientos a sus emociones y sentimientos, a su tipo de sensibilidad, a sus prejuicios y manías, a sus tics» (…) «El arte es la manera de ver el mundo de una sensibilidad intensa y curiosa, manera que es propia de cada uno de sus creadores, e intransferible.
Los retóricos consideraban el estilo como ornamento, como un lenguaje festival. Cuando en verdad es la única forma en que un artista puede decir lo que tiene que decir. Y si el resultado es insólito, no es porque el lenguaje lo sea sino porque lo es la manera que tiene ese hombre de ver el mundo».

TENACIDAD DEL CREADOR
(parafraseando a Albert Camus):
«Y también: “La creación es la más eficaz de todas las escuelas de paciencia y lucidez. Es también el testimonio trastornador de la única dignidad del hombre: la rebelión tenaz contra su condición, la perseverancia en un esfuerzo considerado estéril. Exige un esfuerzo cotidiano, el dominio de sí mismo, la apreciación exacta de los límites de lo verdadero, la mesura y la fuerza. Constituye una ascesis. Todo eso "para nada", para repetir y patalear. Pero quizá la gran obra de arte tiene menos importancia en sí misma que en la prueba que exige a un hombre y la ocasión que le proporciona de vencer a sus fantasmas y de acercarse un poco más a su realidad desnuda”».

EL CREADOR FRENTE A LA CRÍTICA
«Y como, por añadidura, el que niega parece siempre más talentoso que el que admira ¿quiénes y cuántos no caerán en la tentación de decir NO con pedagógica ironía, dando de paso a su rencor el honorable aspecto de un imparcial juicio axiológico? (…) «Sorprende, en cambio, que de pronto un lector desconocido que nunca ha creado nada, o un anónimo o modesto periodista sea capaz de advertir la presencia del creador. Se inclina uno a pensar que en esos seres existe latentemente el genio creador que por un motivo o por otro no han podido o no han sabido convertir en acto; seres que, en todo caso, se entregan con candidez y entusiasmo a la magia y a la fascinación del poeta: esa candidez y ese entusiasmo sin los cuales no es posible ni la creación de la obra de arte ni su recreación en el lector o espectador. Es por ellos y para ellos que el artista trabaja y sufre, los seres a quienes de verdad va destinado ese mensaje críptico, ese mensaje que les llevará una luz portentosa y extraña y que les permitirá examinar sus propios abismos, una luz que a la vez les llevará consuelo y desasosiego, certeza y vacilación, enfrentamiento a su propio drama y a la vez infinita liberación de no saberse solo.
En virtud de esa maravillosa confraternidad es que el arte existe. Porque de otro modo los artistas se callarían para siempre o morirían. Simplemente morirían».

«UNA DE LAS PARADOJAS DE LA FICCIÓN
Es característico de una buena novela que nos arrastre a su mundo, que nos sumerjamos en él, que nos aislemos hasta el punto de olvidar la realidad. ¡Y sin embargo es una revelación sobre esa misma realidad que nos rodea!».

«LITERATURA Y PROSTITUCIÓN
¿Cómo vivir? De cualquier modo que la creación no sea manoseada, bastardeada, abaratada: poniendo un tallercito mecánico, trabajando de empleado en un banco, vendiendo baratijas en la calle, asaltando un banco».

«IDEA FIJA EN EL CREADOR
El tema no se debe elegir: hay que dejar que el tema lo elija a uno. No se debe escribir si esa obsesión no acosa, persigue y presiona desde las más misteriosas regiones del ser. A veces, durante años»

«LOS SUEÑOS VUELVEN
En alguna parte Gide dijo que a un artista no sólo hay que valorarlo por lo que es capaz de crear sino también por lo que es capaz de sacrificar».

«TEMA Y REALIZACIÓN
El artista parte de una oscura intuición global, pero no «sabe» lo que realmente quería hasta que la obra está concluida, y a veces ni siquiera entonces. En la medida en que parte de una intuición básica puede afirmarse que el tema precede a la expresión; pero al ir avanzando, la forma va prestando al asunto sutiles, misteriosos, ricos e inesperados matices; momentos en que puede afirmarse que la expresión crea al tema. Hasta que, concluida la obra, el tema y la expresión constituyen una sola e indivisible unidad. De este modo no tiene sentido pretender separar —como a menudo se lo pretende— el contenido de la forma, o sostener —como tan a menudo se lo sostiene— que hay temas grandes y ternas pequeños, asuntos sublimes y asuntos triviales. Son los artistas y sus realizaciones los que son grandes o pequeños, sublimes o triviales. La misma historia de un modesto cuentista italiano del Renacimiento sirvió para que Shakespeare escribiera uno de sus más hermosos dramas».

«¿QUÉ ES UN CREADOR?
Es un hombre que en algo «perfectamente» conocido encuentra aspectos desconocidos. Pero, sobre todo, es un exagerado».

«EL ESCRITOR Y SUS FANTASMAS» (III) - ERNESTO SABATO

Fragmentos de El escritor y sus fantasmas, de Ernesto Sabato, publicado por Seix Barral:

«LA MISTERIOSA CREACIÓN
“Por inferior que sea la obra al sueño ¿quién no la contempla estupefacto y pasivo? ¿Quién no encuentra en ella cosas ignotas?” (Pavese)».

«LA PALABRA EXACTA
Quelle que soit la chose qu'on veut dire, il n'y a qu'un mot pour l'exprimer, qu'un verbe pour l'anirner et qu'un adjectif pour la qualifier. Il faut donc chercher jusqu'a ce qu'on les ait découverts, ce mot, ce verbe et cet adjectif, et ne jamais se contenter de l'a peu prés, ne jamais avoir recours á des supercheries, méme heureuses, á des clowneries de langage pour éviter la difficulté” (Maupassant)»
“Sea cual sea lo que queremos decir, existe una sola palabra para expresarlo, un verbo para animarlo y un adjetivo para calificarlo. Por lo tanto, es preciso buscar, hasta descubrirlos, esa palabra, ese verbo y ese adjetivo, y no contentarse nunca con algo aproximado, no recurrir jamás a superchería, aunque sean afortunadas, a equilibrios lingüísticos para evitar la dificultad” (Maupassant, del prólogo a "Pierre et Jean").

«DE LA COSA A LA ANGUSTIA
Lanzado ciegamente a la conquista del mundo externo, preocupado por el solo manejo de las cosas, el hombre terminó por cosificarse él mismo, cayendo al mundo bruto en que rige el ciego determinismo. Empujado por los objetos, títere de la misma circunstancia que había contribuido a crear, el hombre dejó de ser libre, y se volvió tan anónimo e impersonal como sus instrumentos. Ya no vive en el tiempo originario del ser sino en el tiempo de sus propios relojes. Es la caída del ser en el mundo, es la exteriorización y la banalización de su existencia. Ha ganado el mundo pero se ha perdido a sí mismo.
Hasta que la angustia lo despierta, aunque lo despierte a un universo de pesadilla. Tambaleante y ansioso busca nuevamente el camino de sí mismo, en medio de las tinieblas. Algo le susurra que a pesar de todo es libre o puede serlo, que de cualquier modo él no es equiparable a un engranaje. Y hasta el hecho de descubrirse mortal, la angustiosa convicción de comprender su finitud también de algún modo es reconfortante, porque al fin de cuentas le prueba que es algo distinto a aquel engranaje indiferente y neutro: le demuestra que es un ser humano. Nada más pero nada menos que un hombre».

«EL GRAN TESTIGO
La inmensa mayoría escribe porque buscan fama y dinero, por distracción, porque meramente tienen facilidad, porque no resisten la vanidad de ver su nombre en letras de molde.
Quedan entonces los pocos que cuentan: aquellos que sienten la necesidad oscura pero obsesiva de testimoniar su drama, su desdicha, su soledad. Son los testigos, es decir los mártires de una época. Son hombres que no escriben con facilidad sino con desgarramiento. Son individuos a contramano, terroristas o fuera de la ley.
Esos hombres sueñan un poco el sueño colectivo. Pero a diferencia de las pesadillas nocturnas, sus obras vuelven de esas tenebrosas regiones en que se sumieron y siniestramente se alimentaron, son la expresión o presión hacia el mundo de esas visiones infernales; momento por el cual se convierte en una tentativa de liberación del propio creador y de todos aquellos que, como hipnotizados, siguen sus impulsos y sus órdenes secretas. Motivo por el cual la obra de arte tiene no sólo un valor testimonial sino un poder catártico, y precisamente por expresar las ansiedades más entrañables de él y de los hombres que lo rodean.
Nada más equivocado, pues, que pedirle a la literatura el testimonio de lo social o lo político. Escribir en grande, simplemente es, sin más atributos. Pues si es profundo, el artista inevitablemente está ofreciendo el testimonio de él, del mundo en que vive y de la condición humana del hombre de su tiempo y circunstancia. Y dado que el hombre es un animal político, económico, social y metafísico, en la medida en que su documento sea profundo también será (directa o indirectamente, tácita o explícitamente) un documento de las condiciones de la existencia concreta de su tiempo y lugar.

DECIR LA VERDAD Y TODA LA VERDAD
«La chose la plus difficile, quand on a commencé d'écrire, c'est d'étre sincere. Il faudra remuer cette idée et definir ce qu'est la sincérité artistique. Je trouve ceci, provisoiremente: que jamais le mot ne precede l'idee. Ou bien: que le mot soit toujours nécessité par elle; il faut qu'il soit irresistible, insupprimable, et de même pour la phrase, pour l'oeuvre tout entiére. Et pour la vie entiére de l'artiste, il faut que sa vocation soit irresistible; qu'il ne puisse pas ne pas écrire.» (Gide.)
“Lo más difícil, cuando se empieza a escribir, es ser sincero. Hay que abandonar esta idea y definir lo que es la sinceridad artística. Se me ocurre, provisionalmente: que jamás la palabra preceda a la idea. O bien: que la palabra sea siempre necesitada por ella; debe ser irresistible, insuprimible, y lo mismo para la frase, y para la obra entera. Y para la vida entera del artista, es necesario que su vocación sea irresistible; que no pueda no escribir” (Gide).

EL OTRO OFICIO DEL ESCRITOR
Si nos llega dinero por nuestra obra, está bien. Pero escribir para ganar dinero es una abominación. Esa abominación se paga con el abominable producto que así se engendra».