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MICROCRÍTICAS CINÉFILAS (10): «PLAY» (2011) - RUBEN ÖSTLUND

Play ... película del director sueco Ruben Östlund que trata sobre el bullying. Su historia tiene lugar en la ciudad sueca de Goteborg y está basada en hechos reales: el caso de un grupo de adolescentes de origen africano que se dedica a robar a otros adolescentes mediante el abuso de la fuerza y de la intimidación. Lo original de la historia es que se trata de un caso de racismo inverso que conmovió a la sociedad sueca, considerada una de las más receptivas (o al menos así era) a la llegada de inmigrantes. 
Delincuencia como juego («play»), miedo, extorsión, humillación, violencia que genera más violencia, racismo, integración (o su imposibilidad) del inmigrante en sociedades desarrolladas... 
La película está contada con bastante economía de medios, con largos planos secuencia donde a menudo la cámara no se mueve y son los actores (no profesionales) los que interactúan frente a ella, y donde el fuera de campo (todo eso que se dice o intuimos que ocurre fuera de la pantalla) tiene mucha importancia, algo parecido a lo que ocurre en nuestras sociedades, donde a menudo no somos conscientes de lo que está pasando fuera de nuestro campo de visión. 
La sociedad retratada parece más preocupada por la forma, por el cumplimiento de las normas y leyes, algunas de ellas un tanto absurdas, como las relacionadas con esa cuna aparentemente abandonada entre dos vagones (y que provocan momentos hilarantes que alivian un poco el drama de «Play»), que por el fondo: la posible integración de nuevos miembros, con otros valores distintos, en esa sociedad. Resulta curioso pensar que a veces la manera de sentirse integrado en estas sociedades capitalistas que retrata la película pasa por poseer objetos de marca: un Iphone, unas zapatillas deportivas de moda... Su posesión o no es lo que va a marcar el grado de integración, por eso los jóvenes aprendices de delincuentes de «Play» aspiran justamente a tener esos objetos, casi amuletos mágicos, y es justamente en los malls, templos del consumismo, donde encuentran a sus víctimas. 
El director no toma partido, no opta por lo políticamente correcto: expone los hechos, y que cada cual saque sus conclusiones...