Narra la peripecia de los trabajadores de Sintel, la filial de Telefónica, durante los seis meses de 2001 que estuvieron acampados en el Paseo de la Castellana, en el llamado "Campamento de la Esperanza". 1.700 trabajadores que de la noche a la mañana se ven literalmente en la calle por la venta de la compañía y su posterior mala gestión. Allí improvisan viviendas, cuartos de baño, cocinas... ante la mirada indiferente o solidaria de los madrileños, consiguiendo un efecto mediático sin precedentes. Es el "efecto Iguazú": aguas que están completamente tranquilas son capaces de convertirse en una poderosa cascada.
La película nos muestra el día a día: asambleas, el viaje que emprenden algunos de ellos hasta Génova para manifestarse junto al movimiento antiglobalización en contra del G-8, la visita de José Saramago...
Finalmente llega el esperado acuerdo en forma de indemnizaciones y recolocaciones. La película no cuenta el final del conflicto, pues todavía en 2010 se sigue negociando la ejecución de dicho acuerdo.
La cinta consiguió entre otros premios el Goya 2002 al mejor documental. La música es de Manu Chao.