La letra de esta canción, "La Despedida", ahora que Chavela Vargas ha muerto, cobra una grandeza especial. Es una aceptación resignada de que su vida va llegando al final, de que la vela se apaga; una aceptación de la muerte, que ya debía de intuir próxima, no como algo malo sino como un estadio posterior a la vida. Es también una despedida de la música, de la Tierra, de la naturaleza, con las que conversa, pero no es un adiós, sino un hasta luego, pues como Chavela dice, refiriéndose a todas ellas, "es un parto eterno tu existencia y la mía". Atención al diálogo breve después del final de la canción.
Hasta luego, Chavela.
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