... el caleidoscopio, el juego de la infancia de muchos, un tubo que contiene tres espejos, formando un prisma triangular con su parte reflectante hacia el interior, deformando la realidad y permitiendo que el mundo pueda ser percibido de múltiples e infinitas maneras. Esta podría ser la sinopsis de Kaleidoscope. Carl (Toby Jones), un pusilánime hombre de clase obrera y un pasado oscuro, viviendo en el East London, en un apartamento claustrofóbico y cutre, uno más dentro de un bloque de apartamentos que recuerda a una colmena y vertebrado por una escalera de forma también caleidoscópica; Aileen (Anne Reid), madre de Carl, una madre de maneras exquisitas pero asfixiante y castradora, que regresa como un fantasma del pasado con intenciones de quedarse en el presente, incluso en el futuro, de Carl, negándole una vez más la posibilidad de ser él mismo; y Abby (Sinead Matthews), una mujer casquivana y de intenciones sinuosas a la que Carl ha conocido en un bar y ha llevado hasta su picadero para tomar unas copas y lo que surja, en una noche loca que terminará mal. He ahí los tres espejos del prisma, o tal vez el tercero es ese padre desaparecido de Carl, ese al que su madre enseñó a odiar. Puede que el mundo sea una mierda pero un caleidoscopio le permite a uno alterar esa mierda y percibirla de otro modo menos feo. O acaso la visión que ofrece ese caleidoscopio es más real que la propia realidad...
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