Director: Aitor Merino, Amaia
Merino
Guión: Aitor Merino, Amaia
Merino
Año: 2013
Duración: 94 min.
País: España
Producción: Doxa Producciones
Asier y yo es una película dirigida
por los hermanos Aitor y Amaia Merino, y rodada en euskera y en castellano. Cuenta la relación de
amistad entre el militante de ETA Asier Aranguren Urroz y el actor Aitor Merino,
narrada por este último y en primera persona. La historia se remonta hasta los
años del colegio en Pamplona, donde ambos comparten pupitre e inquietudes
comunes, y va recorriendo posteriormente la trayectoria, cada vez más
divergente, de sus vidas: el joven Asier Aranguren es detenido por su
insumisión al servicio militar, y se irá implicando cada vez más en la lucha política de la izquierda abertzale,
mientras que Aitor Merino abandonará su Pamplona natal para ir a probar fortuna
como actor en Madrid.
Es precisamente en Madrid, al otro lado de la trinchera, donde Aitor Merino
entrará en contacto con nuevos amigos y nuevas opiniones sobre el siempre
delicado tema del conflicto vasco-español, y su percepción del problema se irá
enriqueciendo con nuevos matices. Pese a que la distancia física los aleja un
poco más, el actor sigue teniendo todavía una visión romántica sobre la
lucha política de su amigo.
Tras la desarticulación en Navarra de un comando de ETA, la prensa habla de
Asier Aranguren Urroz como un miembro más de ETA (ha conseguido huir), lo que
confunde aun más al actor narrador de la historia, quien se pregunta hasta qué
punto es verdad lo que dicen los medios y, si es así, si la amistad que les une
es más importante y debe prevalecer por encima de todo. La súbita desaparición
del activista y su paso a la clandestinidad distanciará un poco más a ambos.
Posteriormente, en 2003, el etarra Asier Aranguren será detenido en Francia y
encerrado en una prisión en París, acusado de formar parte del «aparato de
información» de ETA. Finalizada la condena en 2010, es expulsado de Francia y
regresa a España, donde es recibido por familiares y amigos, incluido Aitor,
que se ha comprado una cámara de vídeo para cubrir su llegada.
En Pamplona, Asier es recibido como un héroe. El relato deja de
lado la reconstrucción del personaje a partir de las fotografías y los
recuerdos de infancia y juventud para acercarse a la persona de carne y hueso, para
convivir con él y con los suyos en su día a día (y grabarlo en vídeo), tratando
de entender las razones que le llevaron a tomar su decisión. Impagable la
secuencia de la cena familiar de nochevieja, donde Asier y su madre discuten «amistosamente» sobre la posibilidad o no de un Euskadi independiente y sobre la legitimidad
del uso de las armas para lograrlo. ¿Qué puede empujar a un hombre —le espeta
el activista a su madre— a apretar un gatillo contra otro hombre?
Mientras Aitor Merino va recomponiendo, junto a su improvisada mesa de
montaje, el puzle de imágenes y de recuerdos, se interroga a sí mismo sobre los
límites de la amistad. En el caso de que su amigo haya cometido delitos de
sangre, ¿pueden seguir siendo amigos? Incluso llega a formularle esa pregunta a
él, de manera velada, en una excursión que ambos realizan por el campo. El miembro
de ETA elude la pregunta, hay cosas de las que de momento no debe hablar
—arguye—, y se muestra absolutamente convencido de que hay ciertos fines que
justifican los medios.
Si bien el protagonista de la película parece ser el activista, no es menos
interesante el papel que juega el actor narrador, a medio camino entre dos
mundos condenados a no entenderse. Desde su punto de vista, que puede ser el de
cualquier otro ciudadano con sentido común y lo suficientemente liberado de prejuicios
de un lado y del otro, Aitor Merino reflexiona sobre el fanatismo de las ideas
y si es posible superar los odios que separan a ambos pueblos, sobre la
pertinencia del recurso a la violencia, sobre cómo el hecho de coger algo
implica necesariamente que otro pierda ese algo.
La historia concluye en enero de 2011, con el comunicado en que la banda
terrorista ETA anuncia un alto el fuego «permanente, general y verificable».
El 2 de julio de 2012, Asier Aranguren participó en la presentación del «grupo de mediadores» del colectivo de presos formado por 25 personas, la mayoría antiguos miembros de ETA.
El 2 de julio de 2012, Asier Aranguren participó en la presentación del «grupo de mediadores» del colectivo de presos formado por 25 personas, la mayoría antiguos miembros de ETA.
Asier y yo recibió el premio de Mejor Película del Cine Vasco en la última edición
del Festival de Cine de San Sebastián, celebrada en septiembre de 2013.
Recientemente, en enero de
2014, la Guardia Civil ha llevado a
cabo registros y detenciones contra el supuesto aparato de coordinación de
presos de ETA en el País Vasco y Navarra. Entre los detenidos se hallaba Asier
Aranguren.
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