EN LA GRABACIÓN DE ENTREVISTAS
Producción: José M. Martín y Aitor Fernández
Imagen y sonido directo: José M. Martín, Tamara Camacho, Pablo Rogero,
Beatriz Martín y Ana Blas
EN EL DOCUMENTAL
Guión: Pablo Rogero y Aitor Fernández
Montaje: Pablo Rogero
Música: Petaluda en Elm Street
Asesoramiento histórico: Alejandro Rodríguez
Grafismo: José M. Salmerón
Etalonaje: Javier Mosqueda
Postproducción de sonido: José Luis Canalejo
Producción y dirección: Aitor Fernández
Vencidxs es una película documental que, como su
propio nombre indica, habla sobre derrotas: la derrota de los que perdieron la
guerra civil española y la derrota de los que padecieron la posterior dictadura
y represión. Vencidxs está construida a partir de entrevistas realizadas a 107
personas de edad provecta que cuentan lo que ellos vieron o sufrieron en sus
propias carnes o en las de sus familiares y conocidos. Los testimonios abarcan
un periodo que va desde la instauración de la segunda república, una “república
tímida” como llega a decir uno de los entrevistados, hasta el momento actual.
El espectador asiste a las confidencias (en castellano, vasco, catalán y
gallego) de algunos de los componentes de este centenar variopinto de ancianos:
milicianos, represaliados, enlaces, madres de niños robados, verdugos,
exiliados, anarquistas, gudaris, sindicalistas, familiares de víctimas… A todos
ellos les une su condición de víctimas (incluso aquellos a los que les tocó ejercer
de victimarios) y las ganas de confesarse ante la cámara, como si llevaran
mucho tiempo callados y de repente sintiesen la necesidad imperiosa de contarlo
todo, conscientes de que no les queda mucho tiempo y hartos de guardar secretos
que corren el riesgo de permanecer secretos para siempre. Saben que su tiempo
se acaba y que otras generaciones han de tomar el testigo. La confesión ante la
cámara actúa así de catarsis, de liberación; los entrevistados no buscan ya
venganza —ha pasado el tiempo, demasiado tiempo, como revelan las fotos en
blanco y negro de los rostros y de las manos de los protagonistas—, se
conforman con un mínimo acto de reparación y con que se sigan buscando los
restos de los desaparecidos (la cifra de desaparecidos que da el documental es
de 113.000 y sitúa a España como segundo país en el mundo, después de Camboya).
Vencidxs no pretende ser «ecuánime» y ofrecer
las opiniones de los entrevistados de un bando y otro; al contrario, Vencidxs
se moja y toma partido por uno de los dos bandos, el de los vencidos y
vencidas. Lo que opina la otra parte ya lo conocemos, es la postura (o
impostura) que nos ofrecen a diario los noticieros, las tertulias y los
parlamentos, y que impide que se pueda llevar a cabo un mínimo de justicia.
Como el tema de la película es duro, la tristeza
de los testimonios se ve atemperada de vez en cuando por los comentarios
jocosos de alguno de los entrevistados (como esa crítica que hace una de las
participantes y que asegura que “esta democracia es un poco rara”). Y es que,
con la caída del dictador Franco, todas las esperanzas que albergaban los
vencidos se vieron pronto truncadas por culpa de aquella transacción que dio en
llamarse “transición” (y que como no podía ser menos contó con la habitual “ley
de amnistía” que se suele promulgar en estos casos y que hace tabla rasa con el
pasado), y gracias a la cual los vencedores siguieron ocupando sus puestos a
cambio de democracia y de una mayor libertad para la otra parte, y su versión
de los hechos se impuso como la versión oficial, con la misma rotundidad con
que un final feliz hace concluir un cuento infantil.
Cuando acaba la proyección en la Cineteca se
suceden varias salvas de emocionados y prolongados aplausos entre el público,
como si la audiencia pretendiera recompensar la valentía del equipo que ha
hecho posible Vencidxs o como si con los aplausos se quisiera agradecer la
pertinencia de esta película en un tiempo en que la denominada “ley de memoria
histórica” es poco más que papel mojado.
Para la realización de Vencidxs han sido
necesarios tres años y el apoyo de colectivos sociales y de asociaciones para
la recuperación de memoria histórica, así como el uso del crowfunding.
Independientemente de la difusión final que pueda tener el documental, el hecho
es que esta película, tan triste como necesaria, aporta ya su granito de arena
para crear un poco de conciencia entre los espectadores. Ha pasado un tiempo
más que suficiente desde que acontecieron los hechos narrados en la película,
de hecho algunos de los intervinientes ya no están entre nosotros para poder
seguir contándolo y algunos de los verdugos tampoco. Son ya décadas sin que
ningún juez español se haya atrevido a investigar la suerte de los
desaparecidos (el juez Garzón lo intentó y le costó su carrera de juez
“estrella”); ha tenido que ser la justicia argentina la que se haya decidido a
indagar y a pedir la colaboración de la española, y hasta el propio Comité de
Expertos contra las Desapariciones Forzadas (perteneciente a la ONU) ha instado
al Estado español a investigar las desapariciones, incluso aunque no haya
denuncia, pues como recuerda el Comité: los delitos de lesa humanidad nunca
prescriben. La memoria tampoco.
Vencidxs forma parte de un proyecto transmedia y
multilingüe que incluye además un libro fotográfico y una web-red social.
Link: vencidos.com
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