Director: Matteo Garrone
Guión: Massimo Gaudioso, Matteo Garrone, Maurizio Braucci, Ugo Chiti
Intérpretes: Aniello Arena, Loredana Simioli, Nando Paone, Nello Iorio, Nunzia Schiano, Rosaria D’Urso, Giuseppina Cervizzi, Claudia Gerini, Raffaele Ferrante, Paola Minaccioni, Ciro Petrone, Salvatore Misticone, Vincenzo Riccio, Martina Graziuso, Alessandra Scognamillo
Fotografía: Marco Onorato
Música: Alexandre Desplat
País: Francia, Italia, 2012
Productora: Archimede, Fandango, Rai Cinema, Campania Film Commission, Le Pacte
Duración: 110’
Guión: Massimo Gaudioso, Matteo Garrone, Maurizio Braucci, Ugo Chiti
Intérpretes: Aniello Arena, Loredana Simioli, Nando Paone, Nello Iorio, Nunzia Schiano, Rosaria D’Urso, Giuseppina Cervizzi, Claudia Gerini, Raffaele Ferrante, Paola Minaccioni, Ciro Petrone, Salvatore Misticone, Vincenzo Riccio, Martina Graziuso, Alessandra Scognamillo
Fotografía: Marco Onorato
Música: Alexandre Desplat
País: Francia, Italia, 2012
Productora: Archimede, Fandango, Rai Cinema, Campania Film Commission, Le Pacte
Duración: 110’
Luciano (Aniello Arena)
es un modesto pescadero de Nápoles, un personaje bonachón y con querencia al
disfraz, querido por su familia y apreciado por esa otra familia que son los
habitantes de su destartalado barrio. Para complementar su magro sueldo, él y
su mujer, María (Loredana Simioli), venden, de manera clandestina, robots para
hacer todo tipo de comidas en casa. Sin pretenderlo, Luciano se presenta al
casting de Grande Fratello (el Gran Hermano italiano), y es a partir de este
momento cuando su vida cambia y comienza a seguir un curso extraño.
Reality es una fábula que
gira en torno a la posibilidad de conseguir los sueños a través de la
televisión. Matteo Garrone (el director de Gomorra, la adaptación al cine del
libro de Roberto Saviano del mismo título) nos habla de dos mundos paralelos:
el de la Realidad, esa realidad de proletarios obesos de la periferia (la
decadente Nápoles, para ser más precisos), que vive pendiente de la televisión;
y la Reality, esa otra realidad tan idílica como irreal, la de las bodas con
invitados engalanados, la de la capital, la que sale en la televisión, en su
publicidad y en sus programas de telerrealidad, preñada de triunfadores y de
cuerpos esculturales, admirada por la otra Realidad, la auténtica.
Reality describe el
intento de Luciano por pasar de un mundo a otro y las consecuencias que eso
acarreará para él y su familia. Dicho paso es difícil pero no imposible, como
demuestra Enzo, ese otro personaje histriónico que se pasa la vida recomendando
Never give up a todo el mundo, y cuya estancia en Gran Hermano ha elevado hasta
la categoría de ídolo nacional. En un entorno tan cerrado como el del
protagonista, el éxito o el fracaso de su empresa no es solo suyo: es el de
todo el grupo.
La moraleja del final
abierto podría ser esta: ¿cuál de esos dos mundos es más “real”? ¿En cuál de los
dos está Luciano?
El costumbrismo de la
película se refleja en el acento napolitano y la vivacidad de los diálogos, la
omnipresencia de la Iglesia y de la familia (en cuyo seno son tomadas las
decisiones que conciernen al grupo), el clientelismo local…
Reality recuerda a esas
otras comedias de reparto coral del neorrealismo italiano, repletas de
personajes inolvidables y protagonizada por un actor dotado de una exacerbada
vis cómica. En este caso, ese actor es Aniello Arena y su magistral
interpretación hace creíble la progresiva pérdida de la razón del personaje. La
historia que desarrolla la película guarda cierto paralelismo con la del propio
Arena, un interno de la cárcel de alta seguridad de Volterra (Italia) devenido
actor tras su ingreso en el grupo teatral de la prisión, la Compagnia della
Fortezza.
Reality está rodada con
una cámara que jamás está quieta, ya sea dispuesta en una grúa o en un
helicóptero, haciendo planos secuencia llenos de personajes o en nerviosos
planos tomados cámara al hombro, imprimiendo así un ritmo rápido a una cinta en
la que a menudo los personajes hablan todos a la vez o dos conversaciones
tienen lugar al mismo tiempo.
Espectaculares los dos
plano aéreos, el que abre y el que cierra la cinta, uno de acercamiento hacia la
“realidad” de Nápoles y el otro de alejamiento de la “reality” de un plató de
televisión en Roma.
Reality obtuvo el Gran
Premio en la 65 edición del Festival de cine de Cannes.
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