"GREGUERÍAS" (5) - RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

Al soplar al mosquito para que se vaya le dotamos de algo de nuestra alma.

En la tinta china está el luto del Arte.

La luna pone en el bosque luz de cabaret.

Al matar la polilla nos deja un polvillo de seda robada.

El bebé se saluda a sí mismo dando la mano a su pie.

Los inválidos esperan en los bancos públicos a que les retoñe el brazo o la pierna que perdieron.

-¿Hay peces en el sol?
-Sí, pero fritos.

La T está pidiendo hilos de telégrafo.

En las cajas de lápices guardan sus sueños los niños.

No confiéis demasiado en vuestro propio corazón, porque él os fallará en definitiva.

Hay quien se reserva para dar limosna a los pobres que haya a la puerta del cielo.

El que se despierta de la siesta al atardecer, nota que le han robado el día mientras dormía.

Un segundo es idéntico a los siglos: es un siglo en miniatura.

Las algas que aparecen en las playas son los pelos que se arrancan las sirenas al peinarse.

El agua no tiene memoria: por eso es tan limpia.

En los ojos mefistofélicos del gato se ve un resquicio del infierno.

El genio es toda la paciencia y toda la impaciencia reunidas.

Para estar completamente solos tendríamos que desprendernos de nosotros mismos.

La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.

La morcilla es una transfusión de sangre con cebolla.

Aburrirse es besar a la muerte.

El coleccionista de sellos se cartea con el pasado.

La sandía es una alcancía de ocasos.

El poney es el hijo sietemesino del caballo.

La eñe tiene el ceño fruncido.

Mineros: vendimiadores de carbón.

En la fuente que corre se desangra el mundo.

La castaña pilonga sabe a bisabuela arrugada y cariñosa.

Los pellizcos estrangulan lunares.

El desierto es la patria de los puntos suspensivos.

El pájaro tiene manos de niño.

Los que fechan cualquier cosa con números romanos —MCMXXXV— son unos MMMEMOS.

En la noche alegre la luna es una pandereta.

El niño intenta sacarse las ideas por la nariz.

En el papel de lija está el mapa del desierto.

Entre los carriles de la vía del tren crecen las flores suicidas.

Cuando sacan todas las cosas de su bolso parecen policías de sí mismas.

El mapamundi nos sirve el mundo como un par de huevos fritos.

Los días de lluvia, el «Metro» se convierte en submarino.

Mataba el tiempo vengándose de antemano de lo que el tiempo iba a hacer con él.

La amnistía es la amnesia del delito.

Lo más caro de la naturaleza es el rocío que sólo se expende con cuentagotas.

Biblioteca pública es el sitio en que se comienzan todos los libros y no se acaba ninguno.

La Biblia es un libro en el que todos estamos aludidos.

Habría que llamar también a los bomberos en caso de infundio.

Un papel en el viento es como un pájaro herido de muerte.

El matrimonio es la carta de amor certificada.

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