Slavoj Zizek |
Donde se habla sobre "acontecimientos" y "seudo-acontecimientos", y fundamentalismo vs. multiculturalidad.
“Así,
mientras parece que todos estamos de acuerdo en que el régimen capitalista
global, post-político, liberal-democrático, es el régimen del No-acontecimiento
(del último hombre, en términos nietzscheanos), queda por saber dónde buscar el
Acontecimiento. La respuesta es evidente: mientras experimentemos nuestra
postmoderna vida social como una vida "no-sustancial", el
acontecimiento estará en los múltiples retornos, apasionados y a menudo
violentos, a las "raíces", a las distintas formas de la
"sustancia" étnica o religiosa. ¿Y qué es la "sustancia" en
la experiencia social? Es ese instante, emocionalmente violento, del
"reconocimiento", cuando se toma conciencia de las propias
"raíces", de la "verdadera pertenencia", ese momento en el
que la distancia propia de la reflexión liberal resulta totalmente inoperante,
de repente, vagando por el mundo, nos encontramos presos del deseo absoluto del
"hogar" y todo lo demás, todas nuestras pequeñas preocupaciones
cotidianas, deja de importar... En este punto, sin embargo, no se puede sino
estar de acuerdo con Alain Badiou, cuando afirma que estos "retornos a la sustancia"
demuestran ser impotentes ante al avance global del Capital: son, de hecho, sus
intrínsecos soportes, el límite/condición de su funcionamiento, porque, como
hace años señaló Deleuze, la "desterritorialización" capitalista va
siempre acompañada del resurgir de las "reterritorializaciones". Para
decirlo con mayor precisión, la ofensiva de la globalización capitalista
provoca ineludiblemente una escisión en el ámbito de las identidades
específicas.
Por un
lado, está el llamado "fundamentalismo", cuya fórmula elemental es la
Identidad del
propio grupo, que implica la exclusión del Otro amenazante.” (…) “Por
otro lado, está la multicultural y postmoderna "política
identitaria", que pretende la co-existencia en tolerancia de grupos con
estilos de vida "híbridos" y en continua transformación, grupos
divididos en infinitos subgrupos (mujeres hispanas, homosexuales negros,
varones blancos enfermos de SIDA, madres lesbianas...). Este continuo florecer de
grupos y subgrupos con sus identidades híbridas, fluidas, mutables,
reivindicando cada uno su estilo de vida/su propia cultura, esta incesante
diversificación, sólo es posible y pensable en el marco de la globalización
capitalista y es precisamente así cómo la globalización capitalista incide
sobre nuestro sentimiento de pertenencia étnica o comunitaria: el único vínculo
que une a todos esos grupos es el vínculo del capital, siempre dispuesto a
satisfacer las demandas específicas de cada grupo o subgrupo (turismo gay,
música hispana...)” (…)
“Nuestra
actual constelación ideológico-política se caracteriza porque este tipo de
seudo-Acontecimientos son las únicas apariencias de Acontecimientos que parecen
darse (sólo el populismo de derechas manifiesta hoy una auténtica pasión
política que consiste en aceptar la lucha, en aceptar abiertamente que, en la
medida en que se pretende hablar desde un punto de vista universal, no cabe
esperar complacer a todo el mundo, sino que habrá que marcar una división entre
"nosotros y "ellos"). En este sentido, se ha podido constatar
que, no obstante el rechazo que suscitan el estadounidense Buchanan, el francés
Le Pen o el austriaco Haider, incluso la gente de izquierdas deja translucir
cierto alivio ante la presencia de estos personajes: finalmente, en el reino de
la aséptica gestión postpolítica de los asuntos públicos, aparece alguien que
hace renacer una auténtica pasión política por la división y el enfrentamiento,
un verdadero empeño con las cuestiones políticas, aunque sea con modalidades
deplorables y repugnantes ... Nos encontramos así cada vez más encerrados en un
espacio claustrofóbico, en el que sólo podemos oscilar entre el
no-Acontecimiento del suave discurrir del Nuevo Orden Mundial
liberaldemocrático del capitalismo global y los Acontecimientos
fundamentalistas (el surgimiento de protofascismos locales, etc.), que vienen a
perturbar, por poco tiempo, las tranquilas aguas del océano capitalista -no
sorprende, considerando las circunstancias, que Heidegger se equivocara y
creyera que el seudo-acontecimiento de la revolución nazi era el
Acontecimiento.”
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