Slavoj Zizek |
“La verdadera lucha política,
como explica Ranciere contrastando a Habermas, no consiste en una discusión
racional entre intereses múltiples, sino que es la lucha paralela por conseguir
hacer oír la propia voz y que sea reconocida como la voz de un interlocutor
legítimo.” (…)
“Pensemos en el ejemplo clásico
de la protesta popular (huelgas, manifestación de masas, boicots) con sus
reivindicaciones específicas ("¡No más impuestos!", "¡Acabemos
con la explotación de los recursos naturales!", "¡Justicia para los
detenidos!"...): la situación se politiza cuando la reivindicación puntual
empieza a funcionar como una condensación
metafórica de una oposición global contra Ellos, los que mandan, de modo que la
protesta pasa de referirse a determinada reivindicación a reflejar la dimensión
universal que esa específica reivindicación contiene (de ahí que los
manifestantes se suelan sentir engañados cuando los gobernantes, contra los que
iba dirigida la protesta, aceptan resolver la reivindicación puntual; es como
si, al darles la menor, les estuvieran arrebatando la mayor, el verdadero
objetivo de la lucha). Lo que la post-política trata de impedir es,
precisamente, esta universalización metafórica de las reivindicaciones particulares.
La post-política moviliza todo el aparato de expertos, trabajadores sociales, etc.
para asegurarse que la puntual reivindicación (la queja) de un determinado
grupo se quede en eso: en una reivindicación puntual. No sorprende entonces que
este cierre sofocante acabe generando explosiones de violencia
"irracionales": son la única vía que queda para expresar esa
dimensión que excede lo particular.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario