MICROCRÍTICAS CINÉFILAS (17): «NIGHTCRAWLER» (2014) - DAN GILROY

Nightcrawler ... Lou Bloom (Jake Gyllenhaal) es un buscavidas que sobrevive haciendo pequeños trapicheos hasta que un día descubre que puede ganarse la vida grabando imágenes en vídeo sobre accidentes y sucesos truculentos en general. Se hace con una cámara y con un equipo sintonizado con la radio de la policía, y comienza a deambular de noche con su destartalado coche por Los Ángeles, a la búsqueda incesante de sucesos morbosos. Un canal de televisión le compra los vídeos, que, a medida que la audiencia pide más sangre, se van haciendo más brutales. Su trabajo como «nightcrawler» va siendo cada vez más reconocido y más rentable: se compra un mejor equipo de grabación y un nuevo coche, un flamante y veloz Dodge Challenger SRT8 392 (la velocidad para llegar al lugar de los hechos es vital para adelantarse a la competencia) e incluso contrata a un empleado al que paga una miseria. La profundidad psicológica del inquietante personaje Lou Bloom está muy bien trabajada: su aspecto físico, con su cuerpo delgado, las ojeras de insomne y el pelo engominado; su exacerbada ambición empresarial (cultivada en cursos a distancia), su visión de la vida como un enorme mercado donde siempre hay que regatear para obtener el máximo beneficio, su frialdad en las relaciones personales, su absoluta falta de escrúpulos y empatía, siempre adornada con frases de manual de dirección de empresas... Algo parecido le ocurre a Nina (Rene Russo), la editora de informativos del canal de televisión que le compra todos los vídeos, a la que intenta seducir de manera torpe y con la que comparte una visión similar sobre la ética periodística («Si hay sangre, vende»), aunque ella no se mancha las manos. Por lo demás, las necesarias secuencias de acción de todo thriller, aquí en forma de accidentes, persecuciones y tiroteos, están muy bien rodadas...

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