Fragmento de la obra «Farabeuf o la crónica de un instante», del mexicano Salvado Elizondo.
Habéis hecho una pregunta: «¿Es que somos acaso una mentira?»,
decís. Esta posibilidad os turba, pero es preciso que os avengáis a pertenecer
a cualquiera de las partes de un esquema irrealizado. Podríais ser, por
ejemplo, los personajes de un relato literario del género fantástico que de
pronto han cobrado vida autónoma. Podríamos, por otra parte, ser la conjunción
de sueños que están siendo soñados por seres diversos en diferentes lugares del
mundo. Somos el sueño de otro. ¿Por qué no?
O una mentira. O somos la concreción, en términos humanos, de una partida de
ajedrez cerrada en tablas. Somos una película cinematográfica, una película
cinematográfica que dura apenas un instante. O la imagen de otros, que no somos
nosotros, en un espejo. Somos el pensamiento de un
demente. Alguno de nosotros es real y los demás somos su alucinación. Esto también es posible. Somos una
errata que ha pasado inadvertida y que hace confuso un texto por lo demás muy
claro; el trastocamiento de las líneas de un texto que nos hace cobrar vida de
esta manera prodigiosa; o un texto que por estar reflejado en un espejo cobra
un sentido totalmente diferente del que en realidad tiene. Somos una
premonición; la imagen que se forma en la mente de alguien mucho antes de que
los acontecimientos mediante los cuales nosotros participamos en su vida tengan
lugar; un hecho fortuito que aún no se realiza, que apenas se está gestando en
los resquicios del tiempo; un hecho futuro que aún no acontece. Somos un signo
incomprensible trazado sobre un vidrio empañado en una tarde de lluvia. Somos
el recuerdo, casi perdido, de un hecho remoto. Somos seres y cosas invocados
mediante una fórmula de nigromancia. Somos algo que ha sido olvidado. Somos una
acumulación de palabras; un hecho consignado mediante una escritura ilegible;
un testimonio que nadie escucha. Somos parte de un espectáculo de magia
recreativa. Una cuenta errada. Somos la imagen fugaz e involuntaria que cruza
la mente de los amantes cuando se encuentran, en el instante en que se gozan,
en el momento en que mueren. Somos un pensamiento secreto...
No hay comentarios:
Publicar un comentario