DEPREDADORES DE BARRIO
… esta mañana me he topado en mi
barrio con un par de carteles pegados en sendas farolas: «se busca una niña
pequeña desaparecida», y debajo había una foto de la criatura, una cría china. El
cartel añadía «Hoy», sin que esto arrojara ninguna pista. Me pareció un cartel
turbador y a punto estuve de hacerle una foto con el móvil, pero un pudor
impreciso me impidió hacerlo. Luego, en el noticiario de la televisión, volví a
saber del asunto. Era, al menos, la segunda vez que pasaba. Recordé que tiempo
atrás también tuve noticia de la primera desaparición, en parecidas
circunstancias: una niña desaparece misteriosamente y luego vuelve a aparecer,
horas después, duchada o bañada, en un lugar no demasiado alejado y con signos
de haber sido narcotizada y luego haber sufrido algún abuso sexual. La policía asegura
que el cerco se va estrechando y ya trabaja con el retrato-robot del pederasta.
Tres son los perfiles sospechosos que maneja: 1) un hombre alto, delgado y con
el pelo canoso; 2) un hombre bajo, un poco grueso, con acento latinoamericano, calvo
o con el pelo muy corto; y 3) un hombre de estatura media y con acento del Este.
A la espera de saber algo más, el hecho es que el depredador sigue suelto por
el barrio, y uno no puede evitar fijarse en los hombres con que se cruza, para
ver si son delgados, gruesos, altos, bajos, calvos o con el pelo gris, y si
tienen o no acento sudamericano o del Este…
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