Los siguientes fragmentos han sido extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg), y que habla sobre el músico Antonio Vega:
Página 44:
Más en esta época, en los discos llegaba de uno en uno como un tesoro.
Sí, tener un disco era tener un tesoro. La emoción de esperar a que saliera un disco, con ganas, con ansiedad, ir a comprarlo, llegar a tu casa y ponerlo por primera vez, aquello era algo indescriptible. Y luego, pues sumarlo a la colección de discos. Eso se ha perdido totalmente. Antes existía el disco conceptual que a mí siempre me atrajo y creo que es la manera. Un disco tiene que ser conceptual, si no, ¿qué sentido puede tener agrupar un número de canciones bajo un mismo título? Si no es conceptual, no tiene sentido. Si las canciones van una a una, cada una por su camino entonces, por qué agrupar, si existe el CD tiene que existir el concepto.
Antes estaba muy claro, se trabajaba con muy buenos resultados. Por eso había grupos que permanecerán ahí toda la vida, porque ofrecían un concepto, una alternativa propia, y muy definida. Todos ellos trabajaban un entorno, un valor corporativo por así decirlo, y uno se subía a ese tren o lo dejaba pasar, pero si te subías, te subías para recorrer con él toda la geografía y, bueno, pues antes nos gustaban los grupos y ahora nos gustan las canciones ...
Página 44:
Más en esta época, en los discos llegaba de uno en uno como un tesoro.
Sí, tener un disco era tener un tesoro. La emoción de esperar a que saliera un disco, con ganas, con ansiedad, ir a comprarlo, llegar a tu casa y ponerlo por primera vez, aquello era algo indescriptible. Y luego, pues sumarlo a la colección de discos. Eso se ha perdido totalmente. Antes existía el disco conceptual que a mí siempre me atrajo y creo que es la manera. Un disco tiene que ser conceptual, si no, ¿qué sentido puede tener agrupar un número de canciones bajo un mismo título? Si no es conceptual, no tiene sentido. Si las canciones van una a una, cada una por su camino entonces, por qué agrupar, si existe el CD tiene que existir el concepto.
Antes estaba muy claro, se trabajaba con muy buenos resultados. Por eso había grupos que permanecerán ahí toda la vida, porque ofrecían un concepto, una alternativa propia, y muy definida. Todos ellos trabajaban un entorno, un valor corporativo por así decirlo, y uno se subía a ese tren o lo dejaba pasar, pero si te subías, te subías para recorrer con él toda la geografía y, bueno, pues antes nos gustaban los grupos y ahora nos gustan las canciones ...
Página 45
También se puede ver desde un punto de vista poético
Claro, hay que arriesgar. Quitarte de encima el peso de si va a ser aceptado, si no, si se sale fuera de lo que tú haces. Ese concepto es erróneo, es nocivo. Porque todo lo que la imaginación te dicte siempre se va a servir de lo que vienes haciendo. La imaginación viene a sugerirnos algo que desconocemos. De la imaginación han nacido las grandes realidades, las grandes teorías científicas partieron antes de la mente calenturienta de un cuentista, en el mejor sentido de la palabra.
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A ti que te encanta la física, las ciencias exactas, en el fondo parece que en cuanto a evolución estamos en pañales
Por supuesto que queda un huevo, le queda todo por delante. Vamos muy deprisa realmente, el conocimiento, el saber, es algo que evoluciona a grandes zancadas. Hubo tiempos con 100 años de oscuridad, bajo el yugo de la Iglesia, aquello fue tremendo, aquella regresión que sufrió el saber, el pensamiento, fue tremendo, pero luego sí salió algo airoso de todo aquello: las artes. La verdad es que hoy por hoy, podemos imaginar en qué momento podríamos estar si no hubiera habido ese paréntesis tan tremendo, aquellos días de la Edad Media. Desde que los griegos pusieron la primera piedra en el pensamiento, las primeras conclusiones de nuestra historia contemporánea, si no hubiésemos sufrido ese paréntesis, ¿dónde estaríamos ahora en cuanto a evolución científica a todos los niveles? Tú fíjate lo que se pudo quemar en la Biblioteca de Alejandría lo lo que ardió en los monasterios bajo la Santa Inquisición. Es tremendo lo que se pudo quemar ahí, no tenemos ni idea, si ha habido alguna vez un genocidio, ha sido ése. El mayor genocidio de la historia es el que llevó a cabo la Iglesia con el conocimiento y el saber. Todo bajo el poder de un dios misterioso, agresivo y hostil que amenazaba con condenar a un infierno que te abrasabas. Aquello era tremendo. Pero hoy por hoy se puede decir que vivimos con la libertad de pensar al cien por cien.
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