Editado por Adriana Hidalgo Editora.
"Todos los hombres sanos han pensado en su suicidio alguna vez" (Albert Camus). Así se abre esta novela que, como no podía ser de otra manera, habla sobre el suicido, sobre los motivos últimos que pueden empujar a alguien a tomar una decisión tan drástica. El texto está contado en primera persona y en presente, con frases cortas y precisas, marcas del estilo lapidario del autor argentino. El protagonista trabaja para una agencia de noticias que está investigando varios casos de suicidio que acaso podrían tener algún nexo en común. En las fotos de esos rostros de suicidas hay algo extraño: sus ojos reflejan un horror indecible, pero sus labios dibujan una sonrisa beatífica, una actitud placentera. Poco a poco vamos conociendo más detalles del caso, también de cómo es la vida de ese protagonista, por momentos detestable -humano en definitiva-, de 33 años (la edad a la que murió su padre: suicidio), su relación problemática con su familia, con las mujeres que le rodean... sus escapadas a los cines o a los combates de boxeo.
La obra está estructurada en dos partes: Los días cargados de muerte y Las ordalías y el pacto, separadas por un Interludio con animales. Antonio Di Benedetto, autor bastante desconocido en España, viste a esta novela de tono oscuro con un ropaje existencial y melancólico, todo ello entreverado por aproximaciones desde diferentes culturas y períodos al fenómeno del suicidio.
Antonio Di Benedetto fue un hombre perseguido por la dictadura argentina. Padeció tortura y hasta cuatro simulacros de fusilamiento. Es el autor real en que se inspira el personaje llamado Sensini que aparecía en el relato del mismo nombre, escrito por Roberto Bolaño y que se incluye en Llamadas telefónicas. En dicho texto, Sensini era un escritor de renombre, venido a menos, que para poder sobrevivir se dedica a enviar relatos a concursos literarios de provincias. Curiosamente, Sensini consiguió el premio de narración Ciudad de San Sebastián, de la fundación Kutxa.
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