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RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

ÉL Y ÉL MISMO

Detenido por la policía, sostenía ante todos que se había ido a América en el vapor Suntanton. Se telegrafió al puerto de Dakar, y de allí contestaron que, en efecto, a bordo iba un caballero con aquel nombre y aquellas señas personales.
"Devuélvanlo península", fue el telegrama de la policía.
Así la expectación que había en el puerto el día de la llegada del otro, que era él mismo, que le esperaba acordonado de gendarmes, sobrepasaba lo imaginable y las filas primeras de los espectadores caían constantemente al agua y se ahogaban.
El otro avanzó por la pasarela, y al llegar al que era él mismo, le abrazó y los dos quedaron convertidos en uno solo.
Entonces el "reintegrado" dijo a la policía:
-¡Lo ven!

EL SUEÑO DEL VIOLINISTA

Siempre había sido el sueño del gran violinista tocar debajo del agua para que se oyese arriba, creando los nenúfares musicales.
En el jardín abandonado y silente y sobre las aguas verdes, como una sombra en el agua, se oyeron unos compases de algo muy melancólico que se podía haber llamado "La alegría de morir", y después de un último "glu glu" salió flotante el violín como un barco de los niños que comenzó a bogar desorientado.

CUANDO NOS AHOGÓ UNA CORTINA

Alguna vez hemos estado como fuera de la vida, en el espacio laberíntico entre la vida y la muerte, y fue cuando nos envolvió una cortina o bien se nos desprendió encima o porque no supimos encontrar la salida entre sus grandes pliegues.
Envueltos en la cortina y rizados en su rizo nos perdimos en un interregno entre ópera y baile de máscaras, entre negro y blanco, sin saber qué podía ser de nosotros, en manos del verdugo de terciopelo.

JULIO CORTÁZAR


AMOR 77

Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman,se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

THE CANARY MURDER CASE II
(extraído de "Último round", vol. 2)

Es terrible, mi tía me invita a su cumpleaños, yo le compro un canario de regalo, llego y no hay nadie, mi almanaque es defectuoso, al volver el canario canta a chorros en el tranvía, los pasajeros entran en amok, le saco boleto al animal para que lo respeten, al bajarme le doy con la jaula en la cabeza a una señora que se vuelve toda dientes, llego a casa bañado en alpiste, mi mujer se ha ido con un escribano, caigo rígido en el zaguán y aplasto al canario, los vecinos claman por la ambulancia y se lo llevan en una tablita, me quedo toda la noche tirado en el zaguán comiéndome el alpiste y oyendo el teléfono en la sala, debe ser mi tía que llama y llama para que no vaya a olvidarme de su cumpleaños, ella siempre cuenta con mi regalo, pobre tía.

CORTÍSIMO METRAJE

Automovilista en vacaciones recorre las montañas del centro de Francia, se aburre lejos de la ciudad y de la vida nocturna. Muchacha le hace el gesto usual del auto-stop, tímidamente pregunta si dirección Beaune o Tournus. En la carretera unas palabras, hermoso perfil moreno que pocas veces pleno rostro, lacónicamente a las preguntas del que ahora, mirando los muslos desnudos contra el asiento rojo. Al término de un viraje el auto sale de la carretera y se pierde en lo más espeso. De reojo sintiendo cómo cruza las manos sobre la minifalda mientras el terror crece poco a poco. Bajo los árboles una profunda gruta vegetal donde se podrá, salta del auto, la otra portezuela y brutalmente por los hombros. La muchacha lo mira como si no, se deja bajar del auto sabiendo que en la soledad del bosque. Cuando la mano por la cintura para arrastrarla entre los árboles, pistola del bolso y a la sien. Después billetera, verifica bien llena, de paso roba el auto que abandonará algunos kilómetros más lejos sin dejar la menor impresión digital porque en ese oficio no ha que descuidarse.

JOSEBA SARRIONANDIA - Cuentos

"LA ASAMBLEA"

Hicimos una asamblea. Teniendo en cuenta que el mundo va cada vez peor, que esta sociedad se sigue organizando sin criterios proporcionados de libertad y justicia, teniendo en cuenta que incluso el medio ambiente se va deteriorando progresivamente, teniendo en cuenta que nuestras esperanzas de una vida mejor se frustran nuevamente, y conscientes, así mismo, de que todos, sí, todos los seres humanos deberíamos tomar parte en la búsqueda de soluciones adecuadas a los problemas comunes, nos reunimos en una asamblea.

Durante la asamblea realizamos penetrantes análisis de la situación, mantuvimos enriquecedoras discusiones y llegamos a importantes acuerdos. En el momento en que ya estábamos repartiéndonos el trabajo, para pasar de las propuestas a los hechos, repentinamente llegó el loquero y, alegando que ya se acabó la media hora de recreo, nos está encerrando a cada uno en su celda.

"PELEA DE CARNEROS"

En la plaza, cada uno de los carneros acumula toda su fuerza para embestir. Da unos pasos hacia atrás, bastantes pasos hacia atrás, y se lanza desmedido hacia adelante. El choque de los dos carneros es tremendo, las gotas de sangre salpican a la gente. El crujido del golpe se mezcla con los murmullos, las apuestas, el griterío.

Los carneros retroceden y, rodeados por toda esa gente que los anima con delirante entusiasmo, se lanzan de nuevo al choque. Ninguno se rinde, aturdidos por el golpe se quedan parados sólo durante un momento, inmediatamente retroceden para investir de nuevo. La plaza retiene el aliento, enardecida, mientras los carneros se lanzan al enésimo choque.

Súbitamente, dos espectadores se enfrentan. Muy similarmente a los carneros, retroceden y se lanzan el uno contra el otro frontalmente. En seguida se multiplican los apareamientos de espectadores enfrentados. Se impugnan, se contradicen, se amenazan y, después de haber ingerido un café doble y una copa de brandy, los más entusiastas se lanzan de cabeza. El topetazo es descomunal y, aturdidos, se tambalean por un momento. Recuperado el discernimiento, retroceden sin perder de vista al contrario.

Son cada vez más. Sin asomo de cobardía van hacía atrás para arrojarse de frente. A esta hora, ya todos participan en la pelea, agachan la cabeza y se abalanzan frontalmente contra alguien. Los topetazos consiguientes son espeluznantes. No deja de haber apuestas y gritos, mientras todo el mundo choca en la plaza.

Los carneros de verdad se detienen, pues ya nadie los rodea, ni les deja espacio, ni les carga da aliento. Entre cabezas reventadas, entre carreras cruzadas, entre jadeos y crujidos de materiales óseos, los carneros de verdad se van.

"DURANGO 1937"

Olvidemos la destrucción, el dolor, la tristeza.

No toquemos estos ladrillos quebrados, estas cenizas aún calientes, ni esta sangre pegajosa. No escuchemos los gemidos, no oigamos los insultos que resuenan bajo estos techos derrumbados, hagamos oídos sordos incluso a los partes de radio de los vencedores.

No sintamos este olor a azufre, no advirtamos las emanaciones de los cuerpos tiznados, ni siquiera las del perfume de esos botellines reventados. Hagamos como que no contemplamos esta ciudad de pilastras derribadas, ruinas todavía alumbradas por las llamas, hagamos como que no vemos esa mano de niño cercenada y sola.

No nos figuremos que nos arrastramos como limacos aplastados, no pensemos que nos descomponemos como víctimas de una plaga, que nos disipamos como herejes incinerados antaño.

No nos asustemos por indicios que provienen de este alrededor y del interior de nuestro propio cuerpo, el que hayas olvidado algunas palabras por ejemplo, o esa mano trunca y sola que baja por la escalera destrozada en busca de su madre, y tropieza con tu corazón y lo estruja con sus blancos dedos.

Desconozcamos toda esta destrucción, este dolor y esta tristeza. Abandonemos este aturdimiento e imaginemos que el mundo es apacible y hermoso; imaginemos que estamos vivos.