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"MIS CUATRO ESTACIONES" (6) - Hablando de Antonio Vega


Retazos extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg). Desmentidos de ese chico triste y solitario.

Página 102:

Es paradójico que aún así, se dé
Durante muchos años, toda la vida realmente, he sido una persona que ha ido muy a su aire, muy a su bola, y que, en la medida de lo posible, me he mantenido al margen de compromisos sociales y de dejarme ver aquí y allá. Cuanto menos sabes de una persona, cuanto menos se te ve por ahí, más se habla, más se dice y generalmente más errores se rumorean, más datos erróneos se alzan al rumor. En un momento dado, a finales de los ochenta primeros noventa, hubo gente que disfrutó con cierto morbo, relativo a las drogas y a una vida oscura, dibujada y coloreada por ellos mismos para dar forma a esa leyenda negra. Véase aquel Ese chico triste y solitario y otra serie de cosas como ciertos homenajes en vida que tenían unas siglas de póstumo, ciertos comentarios por parte de gente que no dudaban en afirmar que el próximo no sería el último concierto de Antonio Vega, lo sería el siguiente.
Y han pasado quince años
Quince no, han pasado casi treinta años en esta historia, en la música, y espero seguir unos cuantos años más, todo lo que me permita la vida. No tengo otra cosa en la cabeza.
Quince desde Ese chico
Que por cierto, jamás he sido triste ni solitario. He sido una persona a la que siempre le ha gustado -de hecho estoy solo- y me gusta vivir solo y andar solo por la vida, pero me gusta la compañía y busco la soledad bien entendida ya la soledad sana, pero me gusta rodearme de amigos, tengo un sentido del humor bastante desarrollado, no concibo la vida, el momento tras momento, sin el sentido del humor y a todo le veo la caricatura, quizá por forma de ser o carácter, me gusta reírme, me gusta que se rían los demás conmigo y me gusta reírme con los demás.

Página 198:

Siempre ha habido lío
¿Con ese disco? [Ese chico triste y solitario] Claro, es que es acojonante. Ese disco, para empezar yo fui un día a El Corte Inglés -buscando un libro de física, por cierto-, pasé donde los discos y me encontré de pronto un disco de Antonio Vega, blanco, que se llamaba Ese chico triste y solitario, me llevé una sorpresa acojonante porque no tenía ni puta idea, me lo encontré en la tienda, no te digo más. Nada, me lo llevo, empiezo a informarme de cosas y resulta que Paco Martín tuvo un morrazo de cojones porque todos los artistas interpretando temas míos fueron enrollándose a la llamada de Paco Martín y en favor mío y Paco Martín no les pagó un puto duro a nadie, hubo grupos que incluso tuvieron que financiarse taxis, desplazamientos y movidas, cero gasto y, por otro lado, permitiendo cosas que son absurdas y, no vienen a cuento, mal hecho. ¿A cuento de qué tiene que aparecer Manolo Tena con una canción suya? Muy fuerte, qué morro tiene este tío y cómo es posible que admitan esto en el disco.
Y los músicos no te comentaron nada
A mí no me dijo nada nadie. Paco Martín lo revistió todo de sorpresa, de guardar silencio para darme una sorpresa.
Y la llamada fue en boga de que necesitabas pasta
No, no, un homenaje a Antonio porque en ese momento Paco, con sus fantasías, me veía morir, me veía palmar. Y entonces el tío se apuntó al tren del merchandising...
En nombre de la discográfica
Él era la discográfica. Era Pasión Records que era suyo, de él, creo.

"MIS CUATRO ESTACIONES" (6) - Hablando de Antonio Vega


Fragmentos extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg). Opiniones sobre la sensibilidad artística y la autenticidad del intérprete.

Página 255:

Aceptando que simplemente por el hecho de dedicarte a una actividad artística hay una sensibilidad extra... pero ¿no estás hasta los huevos de ese sambenito de "sensible" cuando se dice de esa otra manera, con un toque lila?
Más sensiblero que realmente sensible desde el punto de vista más serio. Sensible, es decir, cursi, blando, calzonazos. Pues sí, porque generalmente aquellos que colocan esa etiqueta suele ser gente que no conoce la sensibilidad en ese sentido, no conoce. Les hablas de momentos en la intimidad de uno solo con su mundo y en el descubrimiento de cosas que te hacen ponerte en pie y decir "joder qué pasada" y se te ponen los pelos de punta. Les hablas de eso y te llaman loco, o "a ti se te va la olla", o cosas que no son capaces de entender o de asimilar muy bien, porque no pertenecen a ese mundo, o simplemente no tienen la capacidad de alcanzar esa situación. O tienen otras cosas, es decir, yo pienso que cada uno tenemos algo y que en algunos se nos manifiesta de una manera y en otros de otra, pero todos tenemos algo. O algunos lo descubrimos y otros no. Algunos tenemos la suerte de dar con aquello que nos emociona, con aquello que nos gusta hacer, con aquello a lo que queremos entregar nuestra vida y que es nuestra garantía de futuro, que en definitiva es algo que llamamos vocación, o algo que llamamos aptitudes innatas.

Página 273:

Hablando de la transmisión que estamos hablando: con tres notas se puede transmitir más que con veinticinco. Con las letras también pasa algo parecido, cuando tú oyes, no ya por la calidad de la letra, pero oyes cantar un tema de desamor en los labios de Andy & Lucas y no te la crees, oyes cantar un tema de sufrimiento en labios de Bisbal y no cuela. Hay que tener una especie de legitimidad para hablar de determinadas cosas.

La legitimidad que te da el ser dueño de la historia. Cuando tú eres dueño de lo que estás contando, cuando es un trozo de tu vida, cuando es parte de tu historia, es verdad, y es real, y eso se manifiesta, y eso la gente lo nota. Pero cuando es algo que te viene dado, cuando no es tu historia, cuando por mucho que tu técnica interpretativa sea excelente, por muchas tablas que tengas, si no es tuyo, jamás va a serlo. Y cuando no lo es, no lo es y se nota, no puedes ocultarlo. Porque precisamente estás utilizando los mismos elementos que hacen creíble cien por cien una historia en alguien, son los mismos elementos que la hacen increíble en otro. ¿Qué ocurre? Aquel que no es dueño de su propia historia se está constantemente delatando. No puede evitarlo. Está utilizando el lenguaje expresivo para delatarse.
Que mejor no hacer nada
A mí me parece un poco frustrante, cuando miro hacia otros artistas, compañeros de batalla, como Luz Casal y algunos otros, me parece frustrante el hecho de no ser compositor de tus temas y estar interpretando canciones que te vienen dadas de otros. Es una putada, porque nunca van a poder alcanzar ese punto de sinceridad, de autenticidad, de realismo. Por mucho que tú pronuncies bien nunca van a ser tuyas las cosas y nunca vas a pasar de un determinado punto, una determinada línea de llegar a los demás, de que los demás se emocionen contigo, que mires al público y te encuentres a gente llorando, ese tipo de cosas. Sólo pueden ocurrir cuando la interpretación es la interpretación de tu propia vida. Es un poco frustrante subir a un escenario y vivir esa situación, ese estado de gracia que te da el ser grande para los demás, es una putada quedarte ahí y no vivirlo con toda su envergadura, con toda su magnitud, hasta el límite. Si conoces esto, lo conoces hasta la última gota; si te quedas a medias, estás en un terreno acojonante pero nunca vas a llegar. Tú puedes contar cosas acojonantes, pero yo puedo contarte cosas todavía más acojonantes.

"MIS CUATRO ESTACIONES" (5) - Hablando de Antonio Vega


Fragmentos extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg). Anécdotas sobre drogas, conciertos y hoteles.

Página 208:

Y te pasó lo del jarabe
Yo llegué a Londres enganchado y, mientras me duró lo poco que me había llevado de España, bien, pero en el momento en que se acabó, imagínate, grandísimo mono. Entonces, la única solución que pude encontrar, aparte de llamar a Madrid y que me mandaran, que lo conseguí un par de veces, pero era un movidón.
¿Sobres o qué?
Paquetes, pero eran movidones de la hostia. Unos controles... luego había que ir a Gatwick, pero no, que al final había llegado a Heathrow, en fin, demencial. El caso es que me di cuenta de que en las farmacias había un jarabe con codeína y morfina para problemas respiratorios, de tos, afecciones de tipo gripal y al leer lo de morfina dije: "coño, eso algo tiene que hacer", pero, claro, el problema es que una cucharadita de jarabe evidentemente no me hacía nada, entonces me tenía que beber el jarabe como si fueran botellas de agua. Claro, me dejó el estómago destrozado pero fue solución. Ese tipo de medicación está restringida y sólo puedes comprar dos botellas de este jarabe por farmacia y al mes. Entonces me hice un recorrido por todas las farmacias y conseguí diez o doce botellas y empecé a tomarlas, y a medida que yo veía que la historia me cubría fui, poco a poco, dejándolo por el problema de estómago que me producía un rechazo total, entonces estaba bien porque así lo fui dejando hasta que un día ya no bebía jarabe y me encontraba de puta madre. Me concentré a tope e el curro y fue bien.
Volviste limpio
Sí, sí total. Ahora, fue volver... y volver más fuerte que nunca.

Página 229:

(Lo del hotel de Azcoitia tampoco estuvo mal. Una noche de pleno invierno, tocaba Antonio con la banda en Azcoitia. Unas horas antes, despistado, Antonio se había olvidado de pagar un tentempié que se había tomado en la cafetería del hotel antes de ir al concierto y tras éste volvía solo mientras el resto se tomaban unas copas en el garito. Cuando por fin llega al hotel, Antonio levanta la vista y ve que salen llamas y humo del hotel y a la camarera que estaba antes en la cafetería corriendo hacia él y cuando le alcanza se produce esta conversación: -Oiga usted, que antes se ha ido sin pagar. -¡Está ardiendo el hotel! -No me venga con ésas y págueme. -Yo le pago lo que quiera pero, mire, se está quemando el hotel. Parece ser que el batería de dejó encima de la calefacción o de un chubeski una bolsa de plástico llena de baquetas y...)

...

Antonio Carmona me contó una vez que tocando Ketama en Marruecos, no sé si en Ketama en concreto, la gente les empezó a tirar piedras al escenario y cuando estaban a punto de bajarse se dieron cuenta de que las piedras eran de hachís. ¡Estaban lloviendo chinas! ¿Te han tirado alguna vez una papela o algo parecido?
Muy raro pero sí. Una vez me pasó. Aterrizó una papela delante de mí, pero me cortaba, no me atrevía a cogerla directamente. La fui acercando así con el pie...
Lo del concierto en Carabanchel fue una cosa inaudita
A mí me ha sorprendido gente, en Las Barranquillas y tal: "Oye, ¿te acuerdas el concierto que diste en la cárcel? Yo estaba allí y me cayó un paquete de tabaco. No sabes el buen rollo que nos diste a muchos de los que estábamos allí, pero mucho mucho".
(Para un concierto en la cárcel de Carabanchel Antonio introdujo unas papelas a modo de sorpresa en el interior de 10 cajetillas de tabaco y en mitad del concierto se las tiró a los presos, que no se podían creer lo que encontraron en el interior)
Eso te pasa y no se te olvida en la vida. ¿Cómo te lo curraste?
Abrí el celofán cortando por abajo con un cúter, lo colocaba y después con una gotita de pegamento, celofán, etcétera.

"ANTONIO VEGA. MIS CUATRO ESTACIONES" - JUAN BOSCO


Publicado por Javier Serrano en La República Cultural: 


Biografía del músico y cantante Antonio Vega, escrita por el incondicional Juan Bosco. La obra está estructurada en cuatro partes, una por cada estación del año, y narra detalles de la vida del ex-componente de Nacha Pop, desde sus inicios allá en los 80, coincidiendo con La Movida Madrileña, hasta su muerte el 12 de mayo de 2009, abatido por un cáncer de pulmón, toda una conmoción en el panorama musical español, con colas larguísimas de personas esperando a la entrada de la SGAE para visitar la capilla ardiente, o con toda la programación de Radio 3 (RNE) de ese día dedicada a su figura.
El formato del libro es similar al de la portada de un disco de vinilo, algo más pequeño pero igualmente cuadrado, repleto de vistosos colores, y de contenido heterogéneo, con abundancia de fotografías (algunas de ellas impagables como esa en que figuran los tres Antonios: Antonio Vega, Antonio Carmona y Antonio Flores; o aquella en que aparece un jovencísimo Antonio Vega junto a un no menos joven Emilio Aragón), portadas de sus discos, entradas de sus conciertos, letras manuscritas de algunas de sus canciones, un relato de ciencia-ficción firmado por el propio Antonio…
Mientras Antonio Vega va construyendo una maqueta gigante de un tren en la nave madrileña donde vive, Juan Bosco nos va relatando pasajes de su biografía, entreverados con entrevistas realizadas por él mismo a lo largo de años de estrecha amistad. Así, Antonio Vega nos habla de Física, de Astronomía (una de sus pasiones), de sus vínculos con los miembros del grupo Nacha Pop (en especial de la relación algo tormentosa con su primo Nacho García Vega) y de otras bandas, del proceloso mundo musical (y la negativa de Antonio a ceder parte de sus derechos de autor a las emisoras para que a cambio les promocionasen), de su carrera en solitario, de su modo perfeccionista y obsesivo de componer música y escribir letras, de las horas dedicadas al perfeccionamiento de su técnica guitarrística, de su relación de amor-odio con las drogas (primero con la heroína, a la que nunca abandonará del todo, y luego con la cocaína fumada), de sus idilios sentimentales (sobre todo con Teresa y Marga), de su particular ciclo vital (durmiendo, como su admirado Leonardo Da Vinci, apenas 15 minutos cada 4 horas) que lo sume en un estado de duermevela muy productivo desde un punto de vista creativo, de su infancia feliz y de su familia unida y ejemplar, de cuando las cosas pintaban mal y hubo de ejercer de road manager, de sus viajes, de las giras, de sus distintas casas, de sus gatos, de sus perros, de maquetas de tren, de su adolescencia de chico saludable y en extraordinaria forma física, de su aberración por ese sambenito que le colgaron de chico triste y solitario, del sinnúmero de enfermedades padecidas y de cómo de alguna extraña manera (una de sus muletillas) siempre consigue salir adelante, de los que se fueron quedando por el camino (su novia Marga, sus hermanos Ricardo y Marta, su cuñada Mercedes…) antes de que él mismo lo hiciera… Todo ello salpimentado con anécdotas hilarantes, como cuando Nacha Pop teloneó a Los Ramones en la plaza de toros de Vista Alegre, o cuando en Bilbao Antonio se vio envuelto en un tiroteo entre etarras y policías.
En conclusión: biografía altamente recomendable que despoja a Antonio Vega de la imagen de maldito que algunos le colocaron, para mostrarnos a un Antonio Vega de carne y hueso, alejado de tópicos trasnochados, un Antonio Vega de personalidad arrolladora y contradictoria, pero, sobre todo, genial.

"MIS CUATRO ESTACIONES" (4) - Hablando de Antonio Vega


Fragmentos extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg). Anécdotas sobre cómo funciona el negocio de la música en España, y de algunos conciertos peligrosos.

Página 131:
Pero si hay un concierto este año de 1980 que merece la pena resaltar, ése es sin duda el del 26 de septiembre en la plaza de toros de Vista Alegre en el que telonearon a nada más y nada menos que a Los Ramones. Los Nacha estaban temblando con ese concierto. Los Ramones era la banda de punk rock más famosa del mundo y ninguno de los macarras nacionales se quiso perder ese concierto. Estaba hasta la bandera y hubo incidentes en el exterior. Pero, al final, cumplieron y nadie les tiró una botella a la cabeza como esperaban. Además, sobre todo a Nacho y a Carlos, era un grupo que les había vuelto locos desde hacía muchos años y tener la oportunidad de tocar con ellos y conocerles fue algo muy especial.
Los que manejaban las cifras gordas de audiencia radiofónica, al menos musicalmente hablando, era Los 40, y los muy avispados se inventaron una manera infalible de ganar dinero que básicamente consistía en: si quieres salir en mi radio, me tienes que ceder un porcentaje de los derechos de autor, si no, apáñatelas como puedas en esas emisoras que no oye ni Dios y buena suerte chaval, porque como tú hay 50.000.
El 99 % de los grupos cedieron y así consiguieron multiplicar sus ventas y además que se les conociera a nivel nacional. El negocio estaba allí, la oportunidad también, pero Antonio tiene unas tragaderas bastante pequeñas y cuando le tocó ceder un 20 % de su Chica de ayer mandó todo el asunto al carajo.
Puede que fuera un acto de inmadurez, puede que no. Lo cierto es que casi todos pasaron por el aro y sus ventas se multiplicaron por diez. A la larga les resultó positivo pero es gracioso que tanta rebeldía acabara domada por el color del dinero. El poder del jurdó que diría un caló.

Página 135:
La negativa de Antonio a ceder porcentajes se extendió también a otra exigencia de las radios: hacer un jingle, una versión de 30 o 40 segundos que facilita el meterlo como cuña en la radio. También se negó. Más que nada era una cuestión de principios pero las radios se lo tomaron como un problema de actitud y entre los periodistas, esas gentes tan propensas al rumor, los Nacha y especialmente Antonio comenzaron a tener fama de grupo difícil, poco tratable.

Página 192:
Una vez nos llevó a tocar un tío, hace muchos años, cuando empezábamos los Nacha, a un pueblo del norte, no me acuerdo cuál. Él se había peleado la contratación y había convencido al empresario de ahí diciéndole que había una tía buenísima cantando en Nacha. El otro lo vio clarísimo: "Para las fiestas, para las fiestas". Me parece que era Calatayud. Llegamos ahí y tuvimos el primer marrón: "¿Dónde está la chica?" "¿Cómo que la chica?, aquí no hay ninguna chica." "¿Cómo que no hay ninguna chica? A mí me han dicho que hay una chica". "Pues es que no hay ninguna." "Pero ¿qué pasa, os vais a reír...?", en fin, ya marronazo. Cuando tocamos, eran las fiestas, todo el mundo borrachísimo y la gente parecía un campo de batalla. Algunos pocos en pie y todos los demás tirados por el suelo, totalmente muertos de borrachera, gente que llevaba de fiesta unos cuantos días, imagínate. Los que quedaban en pie nos empezaron a gritar que nos callásemos o que cantáramos Los pajaritos. Tuvimos que salir protegidos y de extranjis porque iban a por nosotros y nos mataban. Nos pincharon las ruedas de la furgoneta, nos rompieron los cristales, salimos vivos de milagro.

"MIS CUATRO ESTACIONES" (3) - Hablando de Antonio Vega


Los siguientes fragmentos han sido extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg). Son dos anécdotas descacharrantes de la vida de Antonio Vega.

Página 185:

Una vez que andaba sin trabajo, bastante jodido y le propuse a la oficina hacer el trabajo de road manager con un artista y me dieron una gala de un tío. Yo conducía. Y para romper un poco el hielo le pregunté: "Oye, ¿y cuando cantas sueles calentar la voz antes de subirte?". "Pues la verdad es que no, tío, rara vez." "¿Y la guitarra, los dedos?" "No te creas, es que se me olvida, pero mira, ahora que lo dices voy a calentar un poco la voz: Probando, probando, uuuuuuuno, uuuuuno." Y le digo: "Hombre, eso es para probar el micro, no para probar la voz". Y me dice el tío, que era así medio andaluz, medio gitanillo: "Ah, ¿zi? ¿Y qué ce hace?". "Pues cantar, ¿tú qué canción vas a cantar?" "Pues una que dice así" y se pone a cantar. Le digo para calentar la voz se hacen cosas así. "Ahhhhhhh. ¡No jodas! ¡Van a pensar que estoy loco!". "Pero si no te va a ver nadie, lo haces en el camerino y calientas la voz. Como vayas con esa mentalidad, no vas a llegar a nada, tú tienes que calentar la voz antes de subir a cantar y calentar la voz es hacer una serie de ejercicios igual que el que entrena para luego una carrera." "¿Una carrera de qué?" "Una carrera cualquiera, varios tíos corriendo y antes de empezar hay que calentar un poco para luego correr." "Ah... pues ya me dirás qué ejercicios tengo que hacer para calentar la voz." En el camerino le digo: "Mira, vamos a hacer esto para calentar la voz". Y me dice que no, "Si ya he hecho yo mucho ejercicio". "¿Qué ejercicio has hecho?" Pues yo cuando hacía gimnasia había unas tablas y..." ¡se había puesto a hacer gimnasia! "Pues nada tío, haz lo que quieras, vuelve al uno dos uno dos probando y ya está. Dilo un montón de veces y ya verás cómo calientas la voz". Fue tremendo, tremendo... Estoy intentando recordar cómo se llamaba, me parece que se llamaba Amando y era un tío que había grabado para el sello Novola, el sello de Los Brincos, te estoy hablando de hace un montón de años.

Página 228:

Una de las situaciones más surrealistas que le toca vivir a Antonio sucede precisamente aquí, en Bilbao. Desde hace semanas tiene una una nueva obsesión: la fotografía. Hace fotos continuamente y se lo toma como un juego más. Una noche un amigo le deja su moto y Antonio va a Bilbao a hacer fotos. A las 4 o las 5 de la mañana se encuentra un coche de municipales en el puente del Ayuntamiento. Le paran y al pedirle los papeles le empiezan a endosar una multa por no llevarlos encima. De pronto, dos coches aparecen a toda velocidad por detrás de Antonio dirigiéndose hacia ellos, pero al estar la moto y el coche de los municipales cortando el paso el primer coche pega un frenazo y dos hombres salen pistola en mano pegando tiros. Son etarras huyendo. En el segundo coche hay una pareja de nacionales. Al ver la situación, los municipales también se ponen a disparar formándose un fuego cruzado de libro. Antonio, en medio de aquel jaleo, se tira debajo del coche de los municipales y se queda allí agazapado, pero los dos terroristas les hacen retroceder, uno de ellos acaba también debajo del coche de los municipales. El etarra le pega una colleja y le suelta: "Baja la cabeza que si no te matan estos te pego un tiro yo". Antonio bajó la cabeza y en unos minutos que parecen horas la situación se despeja. Los dos etarras son detenidos.
Los municipales tranquilizan a un Antonio alteradísimo por la situación y amablemente le llevan a casa. Al llegar y contárselo a Teresa ésta casi se desploma. Es cierto que a Antonio le ocurren todo tipo de cosas inusuales, pero acabar en medio de un tiroteo es demasiado. Lo mejor de la historia es que dos meses más tarde le llegó la multa por no tener los papeles de la moto encima.

"MIS CUATRO ESTACIONES" (2) - Hablando de Antonio Vega


Los siguientes fragmentos han sido extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg).

Página 11:

Sus días se quedaban cortos, le faltaba tiempo. Él, que era un estudioso apasionado de la obra de Leonardo da Vinci, supo en algún sitio que su admirado renacentista dormía unos quince minutos cada cuatro horas, nada más. Antonio tenía la teoría de que era un ciclo perfecto para, inducido por el sueño, llegar a una especie de trance de gran inspiración musical. En fin, una de sus muchas invenciones que, en efecto, aplicaba a su vida con total convencimiento. En este estado pasaba días enteros pegado a su guitarra, sudando, con un cigarrillo apagado en los labios, a veces repitiendo la misma escala durante horas. Ese celo le llevó a convertirse en un maestro de las seis cuerdas, cuando la guitarra era su mayor obsesión, incluso, en los últimos tiempos, más que las letras de las canciones.

Página 123:

Un fin de semana de ese mismo año [1979] se subieron siete personas en un 127 y tomaron la carretera a El Escorial. Teresa [la que sería primera mujer de Antonio] y Antonio eran dos de ellos. Alguien había conseguido algo de heroína y el coche enfiló la carretera de La Coruña con la intención de que todos la probaran. A Antonio las drogas no le llamaban la atención, al revés; si le provocaban algo era rechazo. Se había pasado toda su vida practicando deporte a más no poder, haciendo kárate, escalando montañas, haciendo la mili en los Cuerpos de Operaciones Especiales y estaba en una forma física inmejorable con 22 añitos, en plena juventud. No es que le preocupase el tema, pero siempre que se hablaba del asunto Antonio simplemente pasaba. Hasta ese fin de semana en El Escorial.

Desde ese día y durante los dos años siguientes lo tomaban los fines de semana, algo esporádico. Es cierto que una persona con recursos y curiosidad podía haber leído los libros de Burroughs, Ginsberg o Kerouac pero una cosa es la literatura y otra la realidad de cada uno y en el año 1979, en España, no se sabía absolutamente nada del tema. El grupo de amigos de Antonio y Teresa, como tantos otros, la empezaron a tomar de manera esporádica y con el tiempo se convirtió en una práctica diaria.

Para Antonio, el descubrimiento de la heroína fue algo realmente asombroso. Una especie de hallazgo maravilloso con el que cualquier golpe de viento en la cara o la más simple de las caricias se convertía en un torrente de sensaciones. Además, la heroína que entonces circulaba por la calle era de enorme pureza, prueba es el precio que tenía: entre 15.000 y 20.000 pesetas, que en el año 1980 era muchísimo dinero.

Aunque España era un país con una larga tradición morfinómana, los primeros datos que existen sobre la heroína son por arrestos de la Guardia Civil a extranjeros, porque se utilizaba como país de paso antes de que ésta llegara a Estados Unidos o a Alemania. Los primeros en tomarla pertenecían a familias tradicionales, con dinero, que permitían a sus hijos viajar al extranjero y ahí se iniciaban y se la traían. Su consumo no estaba masificado y los usuarios pertenecían a los estratos más elevados. De hecho, sólo se podía encontrar en Madrid, Barcelona, Ibiza y Bilbao.

El caso es que la dama blanca encontró un caldo de cultivo perfecto para ella: una sociedad que estrenaba libertad y una juventud deseosa de hacer uso de ésta. Pero además, en el ambiente de la música no sólo no estaba mal vista, sino que era un plus. Mucha gente cuenta que para labrarte una reputación lo más rápido era ponerse. Quien lo hacía se convertía en alguien. En otros ambientes, como el carcelario, era una obligación para que el resto de los reclusos se fiaran de ti. Suena a gilipollez pero también las gilipolleces forman parten de la vida.

"MIS CUATRO ESTACIONES" (1) - Hablando de Antonio Vega


Los siguientes fragmentos han sido extraídos del libro "Mis cuatro estaciones", de Juan Bosco (editorial Lunwerg), y que habla sobre el músico Antonio Vega:

Página 44:

Más en esta época, en los discos llegaba de uno en uno como un tesoro.

Sí, tener un disco era tener un tesoro. La emoción de esperar a que saliera un disco, con ganas, con ansiedad, ir a comprarlo, llegar a tu casa y ponerlo por primera vez, aquello era algo indescriptible. Y luego, pues sumarlo a la colección de discos. Eso se ha perdido totalmente. Antes existía el disco conceptual que a mí siempre me atrajo y creo que es la manera. Un disco tiene que ser conceptual, si no, ¿qué sentido puede tener agrupar un número de canciones bajo un mismo título? Si no es conceptual, no tiene sentido. Si las canciones van una a una, cada una por su camino entonces, por qué agrupar, si existe el CD tiene que existir el concepto.
Antes estaba muy claro, se trabajaba con muy buenos resultados. Por eso había grupos que permanecerán ahí toda la vida, porque ofrecían un concepto, una alternativa propia, y muy definida. Todos ellos trabajaban un entorno, un valor corporativo por así decirlo, y uno se subía a ese tren o lo dejaba pasar, pero si te subías, te subías para recorrer con él toda la geografía y, bueno, pues antes nos gustaban los grupos y ahora nos gustan las canciones ...

Página 45

También se puede ver desde un punto de vista poético

Claro, hay que arriesgar. Quitarte de encima el peso de si va a ser aceptado, si no, si se sale fuera de lo que tú haces. Ese concepto es erróneo, es nocivo. Porque todo lo que la imaginación te dicte siempre se va a servir de lo que vienes haciendo. La imaginación viene a sugerirnos algo que desconocemos. De la imaginación han nacido las grandes realidades, las grandes teorías científicas partieron antes de la mente calenturienta de un cuentista, en el mejor sentido de la palabra.

Página 49

A ti que te encanta la física, las ciencias exactas, en el fondo parece que en cuanto a evolución estamos en pañales

Por supuesto que queda un huevo, le queda todo por delante. Vamos muy deprisa realmente, el conocimiento, el saber, es algo que evoluciona a grandes zancadas. Hubo tiempos con 100 años de oscuridad, bajo el yugo de la Iglesia, aquello fue tremendo, aquella regresión que sufrió el saber, el pensamiento, fue tremendo, pero luego sí salió algo airoso de todo aquello: las artes. La verdad es que hoy por hoy, podemos imaginar en qué momento podríamos estar si no hubiera habido ese paréntesis tan tremendo, aquellos días de la Edad Media. Desde que los griegos pusieron la primera piedra en el pensamiento, las primeras conclusiones de nuestra historia contemporánea, si no hubiésemos sufrido ese paréntesis, ¿dónde estaríamos ahora en cuanto a evolución científica a todos los niveles? Tú fíjate lo que se pudo quemar en la Biblioteca de Alejandría lo lo que ardió en los monasterios bajo la Santa Inquisición. Es tremendo lo que se pudo quemar ahí, no tenemos ni idea, si ha habido alguna vez un genocidio, ha sido ése. El mayor genocidio de la historia es el que llevó a cabo la Iglesia con el conocimiento y el saber. Todo bajo el poder de un dios misterioso, agresivo y hostil que amenazaba con condenar a un infierno que te abrasabas. Aquello era tremendo. Pero hoy por hoy se puede decir que vivimos con la libertad de pensar al cien por cien.