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"EL PESO DE LAS BRUJAS" - Javier Serrano Sánchez


En Cartagena (Colombia) hay un museo situado en el Palacio de la Inquisición. Dicho museo, interesante a la vez que inquietante, muestra al espectador, entre espeluznantes instrumentos de tortura utilizados por los inquisidores, paneles con textos tan elocuentes como los que siguen:

"Cuestionario para brujas:

¿Desde cuándo eres bruja?
¿Por qué te has hecho bruja?
¿Cómo te has hecho bruja y qué ocurrió en aquella ocasión?
¿A quién elegiste por compañero?
¿Cómo se llama?
¿Cómo se llama tu amo entre los malos espíritus?
¿Cuál es el juramento que has tenido que prestarle?
¿Cómo y en qué términos los has hecho?
¿Qué dedos tuviste que levantar?
¿Dónde celebrasteis vuestras bodas?
¿Qué demonios y qué personas asistieron?
¿Qué platos comiste?
¿Cómo estaba puesta la mesa?
¿Estabas tú también sentada a la mesa?
¿Qué música se tocó, qué danza se bailó, bailaste tú?
¿A quién te dieron por compañero en la ceremonia?
¿Qué marca te hizo tu compañero en el cuerpo?
¿Qué males has causado, a quiénes y cómo?
¿Por qué causaste ese mal?
¿Cómo se podría remediar?
¿Qué hierbas y qué otros medios se pueden emplear para curar ese maleficio?
¿A qué niños has hecho el"mal de ojo" y por qué lo has hecho?
¿Qué animales has matado o sometido a maleficio y por qué lo has hecho?
¿Quiénes son tus asociados para el mal?
¿Por qué el diablo te da golpes por la noche?
¿Cómo compones tu ungüento?
¿Cómo es que puedes volar por los aires?
¿Qué palabras pronuncias cuando vuelas?
¿Vas muy rápida? ¿Quién te ha enseñado a volar?
¿Qué gusanos y qué orugas has creado?
¿Con qué haces estos animales perniciosos y cómo los haces?
¿Ha puesto el diablo un plazo a tus maleficios?"

"Dentro de la serie de procedimientos que los Inquisidores disponían para "detectar" en un acusado de brujería su nivel de relación con esta práctica, estaba la llamada "Prueba del peso", que consistía en subirlo a una balanza para verificar las proporciones naturales de su cuerpo, especialmente el peso de acuerdo con su estatura, una relación establecida desde la más remota antigüedad, sobre todo en Grecia donde se originó el universal y todavía conocido "perfil griego". Si el resultado era inferior a dicha relación, esta prueba se convertía en un indicio muy importante del proceso. Otro tanto sucedía con la llamada "Prueba de la inmersión" en la que el acusado era sumergido en un cuerpo de agua por un tiempo determinado. Si éste flotaba antes del límite aumentaba fuertemente los indicios de su "culpa", pues entonces era aceptado que las brujas debían ser livianas de peso (delgadas, o popularmente flacas) para poder volar.
Sobre el "vuelo" de las brujas, en los expedientes documentales de los procesos inquisitoriales existen registros sobre testimonios emitidos por los mismos procesados sobre la aplicación de algunos estupefacientes en sus preparativos, entre los cuales citan la llamada mandrágora y la mismísima marihuana.
Otra práctica de gran valor probatorio era la llamada "Prueba de la lágrima", que consistía en aplicar un líquido irritante en los ojos al acusado y si no botaba lágrima era otra prueba contundente de su relación con la brujería. No hay una explicación científica sobre este tema, pero por la supuesta relación de las brujas con el demonio, se consideraba que éstas al momento de entregarse a él asimilaban algunas de las facultades, entre las cuales está la de no llorar."