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«R100» - HITOSHI MATSUMOTO (2013)

... comedia delirante y absurda en la que un gris vendedor de muebles, Takafumi (interpretado por Nao Ômori), aficionado al sadomasoquismo, firma un contrato con Bondage, un selecto club dedicado a los servicios del placer por la vía del dolor. La duración del contrato es de un año, sin posibilidad, bajo ninguna circunstancia, de cancelación. A partir de ese momento la vida de Takafumi cambia por completo, alejándose de su oscura realidad, con una esposa que yace en un hospital en estado vegetativo y un trabajo alienante. Sus encuentros inesperados con las queens, dominatrices de figura estilizada, enfundadas en cuero y botas altas, las palizas que le pegan en cualquier lugar de la ciudad, la humillación que ha de padecer... todo eso le reporta gratos momentos de placer, tal y como puede observarse en la manera en que su cara se hincha como la cabeza de un pez-globo. Esta trama es a su vez el guión de otra trama: la de unos ojeadores de una productora de cine que han de decidir sobre una película, R100, que describe las absurdas peripecias de un aficionado al sadomasoquismo y cuyo director asegura que es necesario haber llegado a los 100 años para entenderla.
La relación del protagonista con Bondage se va complicando y la película se va tornando cada vez más absurda, transformándose en una suerte de parodia de las películas de acción, con persecuciones, tiroteos, asesinatos, bombas... y todo ello sin que lo que ocurre venga demasiado a cuento, una total ida de olla, divertida por lo sinsentido que es y donde todo es posible. Encerrado en su casa, Takafumi tendrá que enfrentarse a todo un ejército de dóminas que rodea su domicilio. La cruenta batalla culminará con un combate final con la CEO de Bondage, una hembra gigantesca, rubia y poderosa (interpretada por Lindsay Kay Hayward).
La película está rodada con un estilo muy personal. Cuenta con una fotografía de tonos marrones, casi de blanco y negro, y unos efectos especiales tirando a cutres pero divertidos, en los que aparecen extrañas criaturas...
 

«CONTRATO DE PROSTITUCIÓN CONYUGAL» - ALAIN ROBBE-GRILLET

Traducido al inglés por Beverly Charpentier.
Traducido del inglés al español por Javier Serrano (fuente: Vanity Fair).

Lo que sigue es la transcripción del contrato no oficial de la escritora Catherine Robbe-Grillet y el escritor y cineasta Alain Robbe-Grillet, en el que Alain expone detalles explícitos para organizar su vida sexual como un sistema de «prostitución conyugal». Aunque Catherine nunca llegó a firmar el contrato, se sometió de manera voluntaria a su disciplina de tormentos. Eso ocurría en 1958. He aquí «El contrato».
Catherine y Alain Robbe-Grillet

CONTRATO DE PROSTITUCIÓN CONYUGAL

El presente contrato entre las partes abajo firmantes ha sido redactado para definir derechos especiales que pueden ser ejercidos por el marido sobre su joven esposa durante sesiones de una naturaleza particular, sesiones que serán remuneradas en efectivo y durante las cuales la joven esposa será sometida a maltrato, humillación y tortura más allá del alcance de la práctica habitual, cuyos límites han llegado a ser mutuamente establecidos durante el transcurso del primer año de su matrimonio.

1. La duración de estas sesiones, que no excederán por lo general de las dos horas, podría ser inferior a este periodo, si así lo desea el marido. Se determinará la fecha y hora de cada sesión de mutuo acuerdo por ambas partes. La fecha, una vez establecida, solo puede ser revocada por el marido. Además, el marido puede solicitar un mínimo de tres sesiones por mes. El día señalado, a la hora indicada, su esposa acudirá a la cita, vestida siguiendo estrictamente las instrucciones. A menos que se le indique lo contrario, se arrodillará inmediatamente ante su marido, con la mirada baja, las manos detrás de la espalda, y permanecerá así hasta ser requerida.

2. Mientras dure cada sesión, la joven mujer se comportará de una manera discreta, mostrando una obediencia total. No expresará sorpresa alguna ni tampoco opinión en respuesta a lo que se le solicite, sino que obedecerá todas las órdenes directamente. Solo hablará cuando su marido así lo ordene, y entonces repetirá solo lo que él le indique. Nunca tomará la iniciativa, pero se ocupará con celo e inteligencia de todas las cosas, desde el detalle más insignificante hasta la petición más extravagante. Las únicas manifestaciones de naturaleza personal permitidas serán las de miedo, dolor o repugnancia; manifestaciones que, naturalmente, deben ser dominadas de inmediato. La más mínima duda recibirá un castigo severo, a discreción del marido.

3. Dado que la razón de su presencia es exclusivamente satisfacer los vicios del marido, este la tratará de manera acorde, con dureza implacable y brutalidad; no se tendrá en cuenta el posible disfrute de la joven dama. Debe saber que en caso de ser tocada o acariciada, no habrá intención de proporcionarle algún tipo de placer, sino que será simplemente porque el marido desea tocar su carne. Por lo tanto, poco importa si ella experimenta placer o no; en todo caso, tampoco está prohibido. La única participación que se le requerirá será de naturaleza intelectual: una inmediata comprensión de todas las posturas y gestos que le son impuestos, destinados todos ellos a la completa satisfacción del marido.

4. Estas posturas serán casi siempre humillantes. Pueden estar acompañadas de cadenas o cualquier otra manera de control cuyo propósito será mantener el cuerpo en una posición específica, ya sea para ser acariciada durante la tortura o simplemente para recalcar la condición de esclava impuesta a la joven dama durante el transcurso de estas sesiones. De igual manera, se puede resaltar su sumisión con una venda o cualquier otro accesorio concebido para el provecho de su beneficiario. Muchas de estas posiciones serán incómodas; sin embargo, la joven dama mantendrá la postura tanto tiempo como le plazca a su marido, y puesto que no existe ningún interés en el placer de la esposa, cualquier fatiga que pueda experimentar no se tomará en consideración; aun así, si experimentara un dolor demasiado intenso como resultado de su tratamiento, podría suplicar la piedad de su amo, que le será concedida en la mayoría de los casos.

5. Los tormentos infligidos sobre ella pueden ser variados o, si así lo desea el marido, repetitivos. Una vez más, no es competencia de la joven mujer el juzgarlos. Si se aburre, se impacienta, o se cansa de cualquier tratamiento que le sea infligido, se debe consolar con la idea de que el hombre al que pertenece siente placer y su placer es el único propósito del ejercicio. Como regla general, y sin excluir la posibilidad de prácticas adicionales, será azotada implacablemente, mordisqueada, etc. …; su carne será rasgada, preferiblemente en las áreas más sensibles, con las uñas; finalmente, se le golpeará, con un látigo de cuero dispuesto a tal efecto, repetidamente durante cada sesión sobre cualquier parte del cuerpo elegida por el marido, durante todo el tiempo que desee; no obstante, ningún golpe será ejecutado con tanta fuerza como para rasgar la carne o producir contusiones evidentes. Ninguna marca visible producto de estos tormentos debería durar más de unas pocas horas. Además, la víctima tendrá la opción, cuando ya no se sienta capaz de soportar el tormento, de suplicar un descanso.

6. Es de la mayor importancia para el marido que, durante el transcurso de estas distracciones, su esposa permanezca expuesta y abierta a él en todo momento. A menos que se indique lo contrario, la menor presión de sus dedos se interpretará como una invitación a mostrarse incluso más accesible u ofrecer a su marido una mejor vista de cualquier zona que él deseara ver, acariciar o torturar. Ante todo, cada uno de los orificios naturales del cuerpo deberá estar expuesto y fácilmente accesible, en la medida de sus posibilidades, para facilitar la penetración. Esta regla se respetará en todo momento, incluso en el caso de que el dolor fuera tan intenso que pudiera, momentáneamente, desviar la atención de la joven mujer de cualquier capricho erótico al cual, simultáneamente, debería estar entregándose. Además, cuando se pida que su boca o manos lo acaricien, ella deberá aplicar la mayor diligencia posible en esta tarea, incluso si la posición en que se encuentra, o los tormentos a los que está siendo sometida, hacen difícil la realización de sus deberes carnales.

7. Cuando el marido se canse de estas ocupaciones (o cuando se alcance el límite de las dos horas), su mujer se marchará. Mientras dure, ella respetará las reglas concernientes a su conducta tal y como se estipuló en el presente Contrato de Prostitución. Finalmente, se arrodillará, con los muslos separados, las manos sobre su cabeza y los ojos bien abiertos, para demostrar la aceptación voluntaria de todo lo que le habrá sido impuesto. Así se mantendrá durante aproximadamente un minuto, después del cual recogerá sus ropas y abandonará la sala sin decir nada. En caso de haber desempeñado su tarea de manera complaciente y concienzuda, se le abonará en su cuenta corriente la suma acordada previamente.

8. Esta suma estará fijada en veinte mil francos franceses por cada sesión; sin embargo, si la dureza del tratamiento impuesto lo justificara, se podrían determinar nuevas condiciones. Las cantidades así obtenidas serán de propiedad exclusiva de la esposa: no se le requerirá ninguna explicación de su uso y puede incluso utilizarlo para diversiones en las que su marido no participe, como un viaje extravagante, compras personales, regalos costosos para sus amigos, etcétera… Excepcionalmente, por mutuo acuerdo de los abajo firmantes, se podrá efectuar una provisión especial para sesiones adicionales que pudieran ser más largas, más atrevidas o crueles.

Firmado en Neuilly, el 22 de Septiembre de 1958
© Catherine Robbe-Grillet

«LA CÉRÉMONIE (LA CEREMONIA)» - LINA MANNHEIMER

«LA CEREMONIE» - Lina Mannheimer

Título original: La cérémonie
Año: 2014
Duración: 74 min.
País: Suecia
Dirección: Lina Mannheimer
Música: Jonas Colstrup
Fotografía: Daniel Takács, Lina Mannheimer
Reparto: Catherine Robbe-Grillet, Beverly Charpentier, Dominique Corringer, Claude Helleu, Christian Hersant
Productora: Coproducción Suecia-Francia; French Quarter Film / Camera Lucida Productions / Film i Väst / Nuit Blanche Productions / Sonntag Pictures / SVT / Mannheimer Produktion

La ceremonie es una película documental, ópera prima de la directora Lina Mannheimer, que trata el tema del sadomasoquismo centrado en la figura de la octogenaria escritora francesa Catherine Robbe-Grillet (o Jean/Jeanne de Berg si se prefiere su alias literario), una de las más veteranas y afamadas dóminas del mundo, y su entorno de amistades.
Una parte de la cinta se dedica a la particular y abierta relación de la escritora con el que fuera su marido, el escritor y cineasta Alain Robbe-Grillet, fallecido en 2008, padre del nouveau roman y guionista, entre otras, de la película El año pasado en Marienbad (1961). La relación sadomasoquista que ambos mantenían salió a la luz tras la muerte de Alain, y según revela la propia Catherine fue precisamente él quien la introdujo en dichas prácticas.
Su primera obra, La Imagen, era una novela que seguía los preceptos del nouveau roman, altamente erótica y biográfica. Se publicó en 1956 y provocó tal escándalo que fue quemada en público. En los años setenta, Catherine Robbe-Grillet, se convirtió en una prestigiosa dómina y maestra de ceremonias, organizando fiestas sadomasoquistas en las que también participaba como espectador su marido. En 1985 apareció Ceremonia de mujeres que incide en la misma línea de su primera novela. 
Catherine Robbe-Grillet, «una señora mayor muy decente, en la que no se fijaría uno por la calle, que detrás de esa apariencia muy decente tiene unos deseos y unas formas de ser que no lo son», es el ama al que todos quieren entregarse, el amor ideal e inalcanzable, la que hace audiciones y selecciona a los que podrán participar en sus sesiones eróticas. Con total naturalidad, se sincera ante la cámara y nos introduce en su particular universo. Nos habla de su juego, de la teatralidad y ritualidad de sus exclusivas fiestas… de su manera de ejercer de dominatriz, de la intensidad de los actos, del placer de sobrepasar ciertos límites y convenciones, del deleite al doblegar la posición del otro.
En La ceremonie aparecen también otras personas relacionadas con ella, como Beverly Charpentier, su actual pareja y también dominatriz; propiedad material, mental y psicológica de Catherine (les une un juramento de lealtad por el que Charpentier se compromete a servirle de por vida, tal y como se describe en el cortometraje anterior de la misma directora, The contract). Aportan su particular visión y nos hablan de dominación, sumisión, poder, identidad, alternancia de roles, sexo, amor, amistad, soledad, deseo, fantasía, del paso del tiempo y de cómo la experiencia les ha cambiado la vida.
Como no podía ser menos, no faltan secuencias eróticas en las que asistimos a estilizadas y sofisticadas escenas de sadomasoquismo, inspiradas en la propia experiencia de la escritora, mientras escuchamos su voz en off leyendo pasajes de sus novelas. Son escenas rodadas en mansiones lujosas de París, con una puesta en escena, una fotografía y un vestuario muy cuidado, alejados de prácticas violentas o degradantes, y donde el goce mental se impone al placer físico.