... la Ciudad Creativa de Telliskivi, situada en un antiguo complejo industrial en los límites de la ciudad antigua y los barrios de Pelgulinna y Kalamaja, es el centro creativo de Tallinn y también el centro creativo más grande de Estonia, formado por estudios, compañías creativas y oficinas de ONGs. Además, hay varias tiendas de diseñadores y estudios, diez originales sitios para comer y beber, galerías de fotografía y mucho street art. Casi 600 eventos culturales tienen lugar anualmente y un mercado de segunda mano se organiza cada sábado. También se puede visitar el Club of Different Rooms o los teatros Vaba Lava y Sõltumatu Tantsu Lava...
«DESENMASCARANDO LA TORTURA DE JULIAN ASSANGE» - NILS MELZER
DESENMASCARANDO LA
TORTURA DE JULIAN ASSANGE
Bueno, pensé, al
menos estamos seguros de que Assange es un espía ruso que interfirió en las
elecciones en Estados Unidos y que de manera negligente provocó muertes. Pero
todo lo que descubrí es que publicó de manera sistemática información verdadera
y de indudable interés público sin traicionar la confianza, el deber o la
lealtad. Sí, es cierto que reveló crímenes de guerra, corrupción y abuso, pero
no hay que confundir seguridad nacional con impunidad del gobierno. Sí, es
cierto que los hechos que destapó animaron a los votantes estadounidenses a informarse
mejor a la hora de tomar decisiones, pero ¿acaso no es justamente eso la
democracia? Sí, es cierto que existe un debate ético sobre la legitimidad de
revelar información sin censurar, pero si realmente se ha causado un daño, ¿cómo
puede ser que Assange y Wikileaks nunca hayan sido acusados de cometer un crimen
y que nunca hayan afrontado demandas civiles reclamando una justa indemnización?
Por Nils Melzer,
relator especial sobre tortura de la ONU.
En el Día
Internacional en Apoyo de las Víctimas de Torturas, 26 de junio de 2019.
Texto extraído de
Medium.com y traducido por Javier Serrano.
Puede que creas
que estoy equivocado, pues ¿cómo podría la vida en una embajada con un gato y
un patinete ser considerada una tortura? Eso es justamente lo que pensé yo
también cuando Assange acudió a mi despacho buscando protección. Como la
mayoría de la gente, había sido intoxicado de manera subconsciente por la
incesante campaña de difamación propagada durante años. Así que fue necesaria
una segunda llamada para atraer mi reticente atención. Investigados los hechos,
lo que encontré me llenó de repulsión e incredulidad.
Seguramente, pensé,
Assange debe de ser un violador. Pero lo que descubrí es que jamás había sido
acusado de un delito sexual. Lo que sí es verdad es que justo después de que
Estados Unidos hubiera animado a sus aliados a buscar motivos para perseguir a
Assange, dos mujeres fueron noticia en Suecia. Una de ellas aseguraba que Assange
había desgarrado un preservativo, y la otra, que se había negado a ponerse un
condón; en ambos casos se trataba de una relación consentida (en cualquier otro
idioma distinto del sueco, estos supuestos no se considerarían «violación»).
Eso sí, cada mujer envió un condón como prueba. El primero, supuestamente usado
y desgarrado por Assange, no reveló ningún rastro de ADN, ni de él, ni de ella,
ni de nadie, ¡qué sorpresa! El segundo, usado pero intacto, supuestamente
demostraba una relación «sin protección». Las mujeres llegaron a enviar
mensajes diciendo que nunca habían tenido la intención de denunciar un crimen
sino que fueron «empujadas» a hacerlo por una policía sueca demasiado diligente.
¡Qué raro!, una vez más. Desde entonces, suecos y británicos han hecho todo lo
posible para evitar que Assange afronte estas acusaciones sin tener que
exponerse al mismo tiempo a una extradición a Estados Unidos y, por
consiguiente, a un juicio-espectáculo seguido de una probable vida entre rejas.
Su último refugio fue la embajada ecuatoriana.
De acuerdo, pensé
entonces, pero seguramente Assange debe de ser un hacker. Pero lo que
encontré fue que toda la información revelada se la habían filtrado libremente,
y que nadie lo había acusado de haber hackeado un solo ordenador. De hecho, el
único cargo de hackeo que se podría usar en contra de él estaba relacionado con
su supuesto intento fallido de ayudar a romper una contraseña que, de
haberlo conseguido, podría haber ayudado a su fuente a borrar el rastro. Resumiendo:
una cadena de hechos aislados, muy especulativa e ilógica, algo así como intentar
perseguir a un conductor que pretende inútilmente sobrepasar los límites de
velocidad pero que fracasa una y otra vez porque su coche no tiene demasiada
potencia.
Nils Melzer |
Pero seguramente (mi
tono ahora es de súplica) Assange debe de ser un narcisista egoísta,
deslizándose en monopatín dentro de la embajada ecuatoriana y embadurnando los
muros con heces. Bueno, todo lo que me contó el personal de la embajada es que
los inconvenientes inevitables de su estancia en las dependencias de la
embajada se resolvieron con respeto mutuo y consideración. Esto cambió después
de la elección del presidente Lenín Moreno, cuando de repente se dieron
instrucciones a los empleados para levantar calumnias contra Assange, y en caso
de no hacerlo serían sustituidos. El propio presidente Moreno se encargó de
bendecir al mundo con sus chismorreos y de despojar personalmente a Assange de su
asilo y ciudadanía sin el debido proceso judicial.
Al final me di
cuenta de que había sido cegado por la propaganda, y que Assange había sido
sistemáticamente difamado para distraer la atención de los crímenes que había expuesto.
Una vez deshumanizado a través del aislamiento, el ridículo y la vergüenza,
como cuando se quemaba a las brujas en la hoguera, fue fácil privarle de sus derechos
más fundamentales sin provocar la indignación del mundo. Y así es como se
sienta un precedente legal, de manera subrepticia y contando con nuestra propia
complacencia, que en el futuro podrá ser utilizado convenientemente por The
Guardian, New York Times y ABC News para otros casos de filtraciones.
Muy bien, pero ¿qué
tiene que ver la calumnia con la tortura? Bueno, esto es un asunto delicado. Lo
que puede parecer un simple «ataque personal» en un debate público, rápidamente
se convierte en «linchamiento» cuando se usa contra alguien que está indefenso,
e incluso en «persecución» si el Estado también se involucra. Basta añadir determinación
y sufrimiento extremo, y lo que se consigue es una total tortura psicológica.
Sí, es cierto que
vivir en una embajada con un gato y un monopatín puede parecer un trato de
favor si te crees el resto de mentiras. Pero cuando nadie recuerda la razón del
odio que estás padeciendo, cuando nadie quiere escuchar la verdad, cuando ni
los tribunales ni la prensa persiguen que los poderosos tengan que rendir
cuentas, entonces tu refugio es como una barca de goma en medio de un mar lleno
de tiburones, y ni tu gato ni tu monopatín te salvarán la vida.
Puede que todavía
te estés preguntando, ¿por qué dedicar tanto esfuerzo con Assange cuando tantos
otros son torturados por todo el mundo? Porque no se trata solo de proteger a Assange,
sino de evitar un precedente que probablemente marcará el destino de las
democracias occidentales. A partir de ahora contar la verdad se convertirá en
un crimen, mientras los poderosos disfrutan de impunidad, y será demasiado
tarde para corregir el rumbo. Habremos entregado nuestra voz a la censura y
nuestro destino a una tiranía sin control.
Esta página de
opinión fue ofrecida para su publicación a The Guardian, The Times, Financial
Times, The Sydney Morning Herald, The Australian, The Canberra Times, The
Telegraph, The New York Times, The Washington Post, Thomson Reuters Foundation y
Newsweek.
Ninguno respondió
favorablemente.
Nils Melzer
Nils Melzer
«LA CIUDAD ES NUESTRA» - TINO CALABUIG y MIGUEL ÁNGEL CÓNDOR
Título
original: La
ciudad es nuestra
Año: 1975
Duración: 56 min.
País: España
Dirección
y guión: Tino
Calabuig, Miguel Ángel Cóndor
Música: Juan Antonio Muñoz
Fotografía: Miguel Ángel Cóndor, Tino Calabuig
Género: Documental
... «solamente en Madrid, de 1955 a 1965, su cinturón
periférico crece en más de un millón de habitantes».
Película documental de Tino Calabuig y Miguel Ángel Cóndor que
aborda los problemas derivados de la emigración del campo a la ciudad, más
concretamente a la ciudad de Madrid. Extrarradios repletos de mano de obra
barata, chabolas, barro; sin alcantarillado, sin hospitales ni escuelas y sin
infraestructura de ningún de tipo, y abandonados a su suerte por el Estado. Se
describe la creación, no exenta de dificultades y de trabas, de asociaciones
vecinales en zonas obreras como Barrio del Pilar, Pozo del Tío Raimundo,
Orcasitas, Leganés, San Blas, Villarosa y Progreso, y cómo dichas asociaciones
van construyendo tejido social y conformando un movimiento vecinal de protesta
y reivindicación en tiempos del tardofranquismo...
«LUZ SILENCIOSA (STELLET LICHT)» - CARLOS REYGADAS
Año: 2007
Duración: 142 min.
País: México
Dirección y guión: Carlos Reygadas
Fotografía: Alexis Zabé
Reparto: Cornelio Wall, Miriam Toews, Maria Pancratz, Elizabeth
Fehr, Jacobo Klassen, Peter Wall
Productora: Coproducción México-Países Bajos (Holanda)-Francia-Alemania;
Mantarraya Producciones / No Dream Cinema / Bac Films / Estudios Churubusco S.A
/ arte France Cinéma / FOPROCINE / Motel Films / IMCINE / Ticoman
La magnífica película del mejicano Carlos Reygadas (autor,
entre otras, de Japón y Batalla en el cielo)
transcurre cerca de Ciudad Cuauhtémoc, en México, en una comunidad menonita de
las decenas que existen en el estado de Chihuahua.
Los menonitas son una rama anabaptista del cristianismo
procedente de Holanda y el norte de Alemania. Tras escapar a la persecución
religiosa que sufrieron en el siglo XVI, y después de atravesar Ucrania, Rusia,
Canadá y Estados Unidos, llegaron hasta Chihuahua a principios del siglo XX.
Rechazan la sociedad de consumo y sus colonias se encuentran principalmente en
América Latina, Asia y África. Su religión es muy estricta: no pueden tomar
drogas o alcohol ni usar anticonceptivos. En las comunidades más ortodoxas no
se puede utilizar el coche ni la electricidad.
Luz silenciosa se
inicia con un amanecer rodado íntegramente en forma de plano secuencia, donde
vemos aparecer, entre los ruidos de la noche que se desvanece, esa luz
silenciosa que da título a la obra y que estará presente a lo largo de toda la
película, en forma de testigo mudo. Es también esa luz la que marca las labores
del campo y por ende la rutina de los menonitas, una comunidad agrícola que
parece anclada en el siglo XVI, con hombres rubios y de ojos azules, ataviados
con petos vaqueros y con sombreros de cowboy, y mujeres con
vestidos de florecillas y sombrero blanco.
Johan, el protagonista masculino, es un hombre casado con
Esther y padre de siete hijos. La suya no es una vida diferente a la de los
demás de la comunidad, una existencia plácida y previsible, pero también
monótona, sin apenas pasatiempos que puedan distraer del camino a Dios; todo se
reduce a rezar, trabajar y cuidar de la familia, sin que haya posibilidad de cambio alguno. Y sin embargo
es aquí, en este mismo escenario de personajes incapaces de translucir lo que
sienten y donde se rehúye la mirada y el contacto físico, donde estalla el
drama.
Desde hace dos años y contraviniendo la ley de Dios y del
hombre, Johan mantiene una relación amorosa con Marianne, otra mujer de la
misma comunidad. Su amor está dividido entre ambas mujeres, bajo un sentimiento
de culpa de ecos bergmanianos. Esther representa la paz, la estabilidad, la
familia de acuerdo a la moral menonita, el pasado en forma de llama que se
extingue; también la rutina. Sabe desde el principio, pues su marido se lo ha
contado, que existe otra mujer y asiste impotente al ocaso de su matrimonio. Marianne es la otra, la amante capaz de provocar en
Johan sentimientos que este creía olvidados; representa, a su pesar, la
pasión incontrolable, el fuego y su capacidad de destruir todo a su paso. Es
consciente de ello y siente remordimientos por el daño que está provocando.
Está en juego todo lo que Johan ha ido construyendo con paciencia a lo
largo de años: una familia y un lugar en el mundo, acorde a unas estrictas
normas religiosas. ¿Es «la paz más fuerte que el amor» como dice Esther?
Marianne parece responder, aunque sea de manera indirecta: «Esto es lo más
triste de mi vida, Johan, pero también lo mejor».
Johan confiesa su secreto a su padre y también a su mejor
amigo, Zacarías. Ambos le aconsejan que abandone su relación con Marianne,
incluso su padre asegura que lo que está pasando es sin duda obra del maligno;
pero al mismo tiempo ambos envidian su situación, esa capacidad por sentir
deseo hacia otra persona.
Otro de los protagonistas de Luz silenciosa es
la naturaleza, filmada en formato panorámico y con una fotografía exquisita; ya
sea en su estado salvaje, en forma de paisajes abiertos y extensos, cielos
nubosos, tormentas, bosques, noches estrelladas…, o en su forma domesticada,
bajo la apariencia de tierras de cultivo, animales estabulados…
La película está rodada con un ritmo lento y parsimonioso de
planos de larga duración, con movimientos de cámara a menudo imperceptibles y
utilizando a veces lentes deformantes para crear una atmósfera asfixiante.
Cuenta con un notable trabajo de interpretación, en el que las dos protagonistas femeninas, Miriam Toews (Esther) y
María Pankratz (Marianne), son actrices profesionales y de origen menonita. El
resto del reparto es no profesional (algo habitual en el cine de
Reygadas) y pertenece a la comunidad menonita, incluido su actor
principal, Cornelio Wall (Johan). El idioma utilizado es el hablado por
dicha comunidad, el plautdietsch, lo que añade autenticidad al
filme.
La cinta concluye con un plano secuencia que nos muestra un
atardecer, rodado de manera similar a la secuencia inicial y como si cerrara un
ciclo. La cámara avanza en mitad de un bosque de árboles que se recortan contra
el cielo, mientras se escuchan sonidos de animales invisibles y la tarde va cayendo
hasta que la luz silenciosa desaparece por completo.
Luz silenciosa fue
presentada en 2007 en el único cine de Ciudad Cuauhtémoc, ante la comunidad
menonita. Consiguió, entre otros, el Premio del Jurado en el Festival de Cine
de Cannes.
«CONTRATO DE PROSTITUCIÓN CONYUGAL» - ALAIN ROBBE-GRILLET
Traducido al inglés
por Beverly Charpentier.
Traducido del inglés al español por Javier Serrano (fuente: Vanity Fair).
Traducido del inglés al español por Javier Serrano (fuente: Vanity Fair).
Lo que sigue es la transcripción
del contrato no oficial de la escritora Catherine Robbe-Grillet y el escritor y
cineasta Alain Robbe-Grillet, en el que Alain expone detalles explícitos para
organizar su vida sexual como un sistema de «prostitución conyugal». Aunque Catherine
nunca llegó a firmar el contrato, se sometió de manera voluntaria a su
disciplina de tormentos. Eso ocurría en 1958. He aquí «El contrato».
CONTRATO
DE PROSTITUCIÓN CONYUGAL
El presente contrato
entre las partes abajo firmantes ha sido redactado para definir derechos
especiales que pueden ser ejercidos por el marido sobre su joven esposa durante
sesiones de una naturaleza particular, sesiones que serán remuneradas en
efectivo y durante las cuales la joven esposa será sometida a maltrato, humillación
y tortura más allá del alcance de la práctica habitual, cuyos límites han
llegado a ser mutuamente establecidos durante el transcurso del primer año de
su matrimonio.
1. La duración de
estas sesiones, que no excederán por lo general de las dos horas, podría ser inferior
a este periodo, si así lo desea el marido. Se determinará la fecha y hora de
cada sesión de mutuo acuerdo por ambas partes. La fecha, una vez establecida, solo
puede ser revocada por el marido. Además, el marido puede solicitar un mínimo
de tres sesiones por mes. El día señalado, a la hora indicada, su esposa acudirá
a la cita, vestida siguiendo estrictamente las instrucciones. A menos que se le
indique lo contrario, se arrodillará inmediatamente ante su marido, con la
mirada baja, las manos detrás de la espalda, y permanecerá así hasta ser requerida.
2. Mientras dure cada
sesión, la joven mujer se comportará de una manera discreta, mostrando una obediencia
total. No expresará sorpresa alguna ni tampoco opinión en respuesta a lo que se
le solicite, sino que obedecerá todas las órdenes directamente. Solo hablará cuando
su marido así lo ordene, y entonces repetirá solo lo que él le indique. Nunca
tomará la iniciativa, pero se ocupará con celo e inteligencia de todas las
cosas, desde el detalle más insignificante hasta la petición más extravagante.
Las únicas manifestaciones de naturaleza personal permitidas serán las de
miedo, dolor o repugnancia; manifestaciones que, naturalmente, deben ser dominadas
de inmediato. La más mínima duda recibirá un castigo severo, a discreción del
marido.
3. Dado que la razón
de su presencia es exclusivamente satisfacer los vicios del marido, este la
tratará de manera acorde, con dureza implacable y brutalidad; no se tendrá en
cuenta el posible disfrute de la joven dama. Debe saber que en caso de ser tocada
o acariciada, no habrá intención de proporcionarle algún tipo de placer, sino
que será simplemente porque el marido desea tocar su carne. Por lo tanto, poco
importa si ella experimenta placer o no; en todo caso, tampoco está prohibido.
La única participación que se le requerirá será de naturaleza intelectual: una
inmediata comprensión de todas las posturas y gestos que le son impuestos, destinados
todos ellos a la completa satisfacción del marido.
4. Estas posturas
serán casi siempre humillantes. Pueden estar acompañadas de cadenas o cualquier
otra manera de control cuyo propósito será mantener el cuerpo en una posición
específica, ya sea para ser acariciada durante la tortura o simplemente para recalcar
la condición de esclava impuesta a la joven dama durante el transcurso de estas
sesiones. De igual manera, se puede resaltar su sumisión con una venda o
cualquier otro accesorio concebido para el provecho de su beneficiario. Muchas
de estas posiciones serán incómodas; sin embargo, la joven dama mantendrá la
postura tanto tiempo como le plazca a su marido, y puesto que no existe ningún
interés en el placer de la esposa, cualquier fatiga que pueda experimentar no
se tomará en consideración; aun así, si experimentara un dolor demasiado intenso
como resultado de su tratamiento, podría suplicar la piedad de su amo, que le será
concedida en la mayoría de los casos.
5. Los tormentos
infligidos sobre ella pueden ser variados o, si así lo desea el marido,
repetitivos. Una vez más, no es competencia de la joven mujer el juzgarlos. Si
se aburre, se impacienta, o se cansa de cualquier tratamiento que le sea
infligido, se debe consolar con la idea de que el hombre al que pertenece
siente placer y su placer es el único propósito del ejercicio. Como regla
general, y sin excluir la posibilidad de prácticas adicionales, será azotada
implacablemente, mordisqueada, etc. …; su carne será rasgada, preferiblemente
en las áreas más sensibles, con las uñas; finalmente, se le golpeará, con un
látigo de cuero dispuesto a tal efecto, repetidamente durante cada sesión sobre
cualquier parte del cuerpo elegida por el marido, durante todo el tiempo que
desee; no obstante, ningún golpe será ejecutado con tanta fuerza como para
rasgar la carne o producir contusiones evidentes. Ninguna marca visible
producto de estos tormentos debería durar más de unas pocas horas. Además, la
víctima tendrá la opción, cuando ya no se sienta capaz de soportar el tormento,
de suplicar un descanso.
6. Es de la mayor
importancia para el marido que, durante el transcurso de estas distracciones,
su esposa permanezca expuesta y abierta a él en todo momento. A menos que se
indique lo contrario, la menor presión de sus dedos se interpretará como una
invitación a mostrarse incluso más accesible u ofrecer a su marido una mejor
vista de cualquier zona que él deseara ver, acariciar o torturar. Ante todo,
cada uno de los orificios naturales del cuerpo deberá estar expuesto y
fácilmente accesible, en la medida de sus posibilidades, para facilitar la
penetración. Esta regla se respetará en todo momento, incluso en el caso de que
el dolor fuera tan intenso que pudiera, momentáneamente, desviar la atención de
la joven mujer de cualquier capricho erótico al cual, simultáneamente, debería
estar entregándose. Además, cuando se pida que su boca o manos lo acaricien, ella
deberá aplicar la mayor diligencia posible en esta tarea, incluso si la
posición en que se encuentra, o los tormentos a los que está siendo sometida,
hacen difícil la realización de sus deberes carnales.
7. Cuando el marido se
canse de estas ocupaciones (o cuando se alcance el límite de las dos horas), su
mujer se marchará. Mientras dure, ella respetará las reglas concernientes a su
conducta tal y como se estipuló en el presente Contrato de Prostitución.
Finalmente, se arrodillará, con los muslos separados, las manos sobre su cabeza
y los ojos bien abiertos, para demostrar la aceptación voluntaria de todo lo
que le habrá sido impuesto. Así se mantendrá durante aproximadamente un minuto,
después del cual recogerá sus ropas y abandonará la sala sin decir nada. En
caso de haber desempeñado su tarea de manera complaciente y concienzuda, se le abonará
en su cuenta corriente la suma acordada previamente.
8. Esta suma estará
fijada en veinte mil francos franceses por cada sesión; sin embargo, si la
dureza del tratamiento impuesto lo justificara, se podrían determinar nuevas
condiciones. Las cantidades así obtenidas serán de propiedad exclusiva de la
esposa: no se le requerirá ninguna explicación de su uso y puede incluso utilizarlo
para diversiones en las que su marido no participe, como un viaje extravagante,
compras personales, regalos costosos para sus amigos, etcétera…
Excepcionalmente, por mutuo acuerdo de los abajo firmantes, se podrá efectuar
una provisión especial para sesiones adicionales que pudieran ser más largas,
más atrevidas o crueles.
Firmado en Neuilly, el
22 de Septiembre de 1958
© Catherine
Robbe-Grillet
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