http://www.larepublicacultural.es/article4336.html
Título original: Satori in Paris
Autor: Jack Kerouac
Editorial: Ediciones Escalera
Traducción: Daniel Ortiz Peñate
Páginas: 126
ISBN: 978-84-936397-5-4
Precio: 14 €
"Pero yo no soy budista, soy un católico que rastrea las tierras ancestrales que defendieron el catolicismo contra azares imposibles que terminaron por vencer, como no podía ser de otra manera, al alba", dice en un momento dado Jean-Louis Lebris de Kérouack, nombre real de Jack Kerouac ("por qué cambiar de nombre a menos que nos avergoncemos de algo"), en esta obra que podríamos considerar (entre otras cosas) un libro de viajes: el viaje del escritor Jack Kerouac, King of the Beats, a la Bretaña originaria de su familia, esos ancestros orgullosos de su lema "amar, trabajar y sufrir".
En realidad, el idílico viaje a las raíces no tarda en convertirse en toda una serie de contratiempos y desencuentros que harán que el escritor beatnik añore la Florida en la que vivía. El periplo se inicia en París, donde Jean-Louis Lebris de Kérouack bucea en archivos y bibliotecas, en vano, ante la indiferencia de los parisinos (por no recibirle no le recibe ni su propio editor en Francia). Entre reflexiones históricas y literarias, entreveradas de digresiones humorísticas en torno a la variante bretona del francés, el flâneur mental Kérouack ve pasar sus días parisinos, entre borrachera y borrachera, Paris est pourri. Cuando pretende marchar a la bretona Brest pierde el avión (y con él su maleta), lo que hará que la aventura continúe en un tren, entre vapores etílicos de cognac y vino hasta llegar a la brumosa Brest, ciudad portuaria y de peligrosa noche en la que el azar hará que el autor de esa obra fundacional que es On the Road no encuentre un sitio donde alojarse. Con su característica prosa espontánea el narrador Kerouac describe su encuentro en un restaurante con el que tal vez sea (o no) un familiar lejano, Ulysse Lebris, con quien conversa en un sofisticado francés y que no dudará en mostrarle su árbol genealógico.
Recuperada la maleta lo siguiente que pierde le roi Kerouac es su tren de regreso a Paris, lo que le obligará a consignarse a la bebida durante ocho horas, mientras espera al siguiente tren que ha de llevarlo a la capital del Sena. Es precisamente allí, en París, y en ese momento donde el desarraigado Kerouac cree (pues ni él mismo está seguro) que le sobreviene el satori que da título al libro. Se trata del encuentro, toda una epifanía, con Raymond Baillet, el taxista que habrá de conducirlo hasta el aeropuerto donde tomará su avión hacia Tampa. Baillet es "amable, eficiente, cortés, a la moda, distante y otras cosas", además de "un caballero y un excelente taxista" cuya bonhomía consigue conmover, iluminar y hacer comprender al desencantado narrador.
Buen trabajo de Daniel Ortiz Peñate en la traducción de esta novela de 1966, lo que no era fácil, habida cuenta de la proliferación de frases en francés (incluida su variedad bretona) y el uso de jerga.
La novela está publicada por Ediciones Escalera, editorial pequeña pero meritoria que lleva algo más de tres años sacando a la luz obras al margen del mainstream comercial, donde se incluyen otros títulos del propio Kerouac o de ese cronista de la beat generation llamado John Clellon Holmes.