En el libro "Winesburg, Ohio", de Sherwood Anderson, podemos encontrar el siguiente texto, incluido en el relato "La maestra". En él, una maestra trata de iniciar a un muchacho que fue su alumno en el difícil arte de la literatura, y al mismo tiempo en la no menos complicada tarea del amor...
Kate Swift se consumía pensando en George Willard. Había creído reconocer la chispa del genio en algunos en algunos de los trabajos que había escrito en su época de escolar y quería avivar aquella chispa. Un día de verano había pasado por las oficinas del Eagle y, como el muchacho no tenía nada que hacer, se lo había llevado por la calle Mayor hasta los terrenos de la feria, donde se sentaron a hablar en un bancal cubierto de hierba. La maestra trató de hacerle ver al chico algunas de las dificultades a las que debería enfrentarse como escritor. "Tendrás que conocer la vida", afirmó con voz seria y temblorosa. Cogió a George Willard de los hombros y le hizo volverse hacia ella para poder mirarlo a los ojos. Cualquiera que pasara por allí habría pensado que estaban a punto de besarse. "Si vas a ser escritor, tendrás que dejar de tontear con las palabras -le explicó-. Será mejor que abandones la idea de escribir hasta que estés mejor preparado. Ahora debes vivir. No pretendo asustarte, pero quisiera que comprendieras el alcance de lo que piensas hacer. No debes convertirte en un mero mercachifle de las palabras. Lo más importante es que aprendas a saber lo que la gente piensa, no lo que dice".
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