En las recientes revueltas que vienen acaeciendo en Atenas (Grecia) se ha podido ver a un perro canelo, de tamaño grande y que atiende al nombre de Lukánicos (salchicha, en griego), Luk para los amigos, enfrentándose, junto al resto de manifestantes, a las armas de la Policía. Se desconocen los motivos de su "indignación" pero ya hay quien apunta a que se trata de la reencarnación de algún sindicalista recalcitrante, muerto en alguna trifulca callejera con los agentes del orden. Verdad o no, lo cierto es que el iracundo can porta un collar azul y una placa que lo señala (más bien, estigmatiza) como animal esterilizado y vacunado por el Ayuntamiento. ¿Acaso no son esos motivos más que suficientes para estar indignado?
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